Mediación, aunque sea con la Iglesia, aunque sea en el último aliento, porque fuera de esa vía solo hay espacio para un"desastre" inexorable a ambos lados del Ebro. Es la reflexión, casi el ruego, que el líder de Podemos hizo este viernes al 'president', Carles Puidemont, y al jefe del Gobierno, Mariano Rajoy. Pablo Iglesias advirtió al mandatario catalán que una declaración unilateral de independencia (DUI) allanaría el camino a la Moncloa para llevar al país a un estado de excepción. Criticó con dureza el discurso del Rey que, a su juicio, intentó amarrar al PSOE en la órbita del Gobierno para cortocircuitar una eventual moción de censura.

Iglesias hizo un llamamiento expreso a Puigdemont, con quien ha hablado recientemente para pedirle que acepte una mediación. Este viernes, además, le rogó que frene. “Una DUI sería probablemente la peor decisión que pueda tomar el Govern de la Generalitat porque facilitaría el argumentario al Gobierno para aplicar el artículo 155 o el 116. Eso implicaría el control efectivo de los Mossos, la Generalitat y el control de TV3”, advirtió en su discurso ante la cúpula morada, en la reunión del Consejo Ciudadano Estatal (CCE), en Madrid.

Ante los agoreros y en un contexto de intensa preocupación por el traslado de importantes compañías, Iglesias buscó abrir una rendija a la esperanza. Descartó de plano esa confrontación entre Cataluña y España alimentada por clichés y por enfrentamientos concretos que no expresan un sentir generalizado de choque. “España no canta el cara el sol, no canta ¡A por ellos! Es un país tolerante y plurinacional”, defendió. Y pidió el esfuerzo de sentarse a dialogar. "Mientras no haya DUI ni aplicación de 155 tenemos que seguir descolgando el teléfono", apeló.

Decepciones: Felipe VI y Pedro Sánchez

Aún en ese espíritu posibilista Iglesias señaló las dos grandes decepciones que dice haberse llevado en la crisis abierta entre el Gobierno y la Generalitat: la actitud del Rey y la posición, que considera tibia, del líder socialista, Pedro Sánchez.

Sostiene el jefe de los morados que el discurso institucional de Felipe VI tuvo como pretexto presionar al PSOE para asegurarse de que siga apoyando a Rajoy en el conflicto en lugar de apoyar una moción de censura, y considera que sus palabras surtieron efecto. "El mensaje del monarca era un mensaje dirigido al PSOE. La vieja guardia de ese partido no deja de proponer barbaridades", señaló.

En esa tesis que sostiene que la nomenclatura socialista se ha puesto firmes ante la llamada al orden del Rey, Iglesias aprovechó para atacar al partido con el que pugna por el electorado. "Es una enorme decepción. Ha vuelto a ocurrir lo de siempre. Una cosa es lo que prometen en campaña, en las primarias, la España plurinacional, y en la práctica hace otra cosa", arremetió y apeló a Sánchez para que escuche "a sus bases", ese electorado a veces fronterizo entre ambas formaciones políticas.