Dos semanas después de que estallara la mayor crisis de la historia de Podemos, Pablo Iglesias e Íñigo Errejón parecen dispuestos a dejar a un lado el factor humano y encauzar una candidatura amplia desde la racionalidad. El líder del partido pasó de anunciar que presentaría una lista para competir en las elecciones autonómicas contra su exnúmero dos a defender que «Íñigo no es un traidor» sino que debe ser un «aliado». El presidenciable madrileño también dio un paso atrás. Pese a mantener su puesto en el Consejo Ciudadano Estatal (CCE), Errejón decidió no asistir al encuentro de ayer, como le pidieron desde la dirección morada, para facilitar unas negociaciones que lleva pidiendo desde que anunció que no concurrirá a las elecciones de mayo bajo la marca de Podemos sino en alianza con la alcaldesa Manuela Carmena en la plataforma Más Madrid. La reunión terminó sin decisiones definitivas pero se descartó la idea inicial de competir contra Errejón.

Enfundados los sables y con la apariencia, al menos, de buscar un acuerdo que les permita confluir bajo el mismo nombre a los comicios regionales, Podemos Madrid y Más Madrid se sentarán a la misma mesa el próximo lunes en una reunión convocada por la organización regional de IU. Los portavoces regionales de Alberto Garzón que se postularon desde el primer momento como el «pegamento» de la izquierda ven así más cerca una candidatura de unidad para competir en las urnas contra la derecha.

Atrás queda aquel «Íñigo no es Carmena» que propugnaba la construcción de una candidatura a la Comunidad de Madrid para enfrentarse a uno de los ideólogos del partido. Ahora el mensaje es otro: «Íñigo, a pesar de todo, no es un traidor, sino que debe ser un aliado». Así de rotundo se mostró Iglesias en un mensaje publicado en Facebook al inicio del encuentro y en una intervención telefónica que cerró el debate. Además, urgió a «construir una confluencia lo más amplia posible». Pone fin así a unos días de duras críticas contra el que fuera su mano derecha, al que una vez más volvió a situar fuera de la formación: «Hacer las cosas en secreto, por sorpresa y sin contar con los espacios colectivos me parece incompatible con formar parte de Podemos».

El discurso de Iglesias fue el culmen de una reunión en el que ambas corrientes expresaron sus puntos de vista con un debate que fue especialmente tenso. Fuentes presentes en el encuentro aseguran que el líder del partido afirmó haber escuchado por primera vez los argumentos de los defensores de Más Madrid y reconoció el buen tándem que hacen Carmena y Errejón. Sin embargo, no todo fueron buenas palabras. Iglesias abroncó a los errejonistas por no haber compartido este paso con la dirección del partido.

Tras casi cinco horas de reunión la directiva nacional no adoptó ninguna decisión en firme. Cuál será la forma en la que se organicen de cara a las elecciones del 26 de mayo es todavía una incógnita en un panorama repleto de propuestas. El camino que Podemos viene defendiendo desde hace unos días pasa por una candidatura de coalición con IU y Equo que, más tarde, pueda negociar con Errejón y Carmena. Lo que sí aclaró Iglesias es la necesidad de un debate «sosegado» en la organización territorial de