"La verdad es la verdad y no debemos esconderla", ha sentenciado este martes el papa Francisco en alusión a los presuntos casos de abusos sexuales de sacerdotes a menores en Granada.

El Pontífice ha recordado que este verano recibió una carta en la que un joven de 24 años relataba los abusos sufridos por parte de un sacerdote de la diócesis de Granada.

¿Su reacción? "Llamé a la persona y le dije: mañana ve a ver al obispo", ha afirmado. Además, "escribí al obispo para que empezara el trabajo, hacer la investigación e ir adelante".

El Papa ha expresado, en respuesta a las preguntas de los periodistas, que recibió la noticia "con gran dolor, con grandísimo dolor", pero que se mantiene firme con su compromiso con la verdad.

Los tres curas y el seglar profesor de religión detenidos este lunes como presuntos autores y pertenecientes al clan de los Romanones siguen incomunicados en sus celdas y no se esperan más detenciones ni registros.

LAS SOMBRAS DE LA IGLESIA

El papa Francisco rompió el silencio que rodeaba la Iglesia entorno a las denuncias de pederastia en diciembre de 2013 cuando creó una comisión específica para luchar contra la pederastia en el seno de la Iglesia.

Y es que según el Pontífice, los sacerdotes y religiosos que trabajen con niños no solo deben estar en paz con Dios sino que deben tener un pasado legal y estado mental intachable.

Este temas solo fue tratado antes por el papa Benedicto XVI quien en febrero de 2012 organizó en Roma un simposio sobre la pederastia durante el cual los cardenales asistentes escucharon el testimonio de Marie Collins, una irlandesa que sufrió abusos cuando era pequeña.