El Papa aprovechó el encuentro privado con José Luis Rodríguez Zapatero para instar al presidente a mantener "los valores morales y las raíces cristianas" de la sociedad española. Aunque no le recriminó personalmente ninguna política concreta, se reafirmó ante el jefe del Gobierno español en el rosario de reproches que realizó el viernes al nuevo embajador español en la Santa Sede, Jorge Dezcallar.

Pero Zapatero no variará su decisión de evitar condicionamientos religiosos a la hora de gobernar. Así lo puso de manifiesto ayer en Roma, tras finalizar su primera visita de Estado al Vaticano. Y ello pese al resquemor que ha provocado en la Santa Sede alguna de las medidas anunciadas por el Gobierno español.

TEMAS MOLESTOS El Papa tiene motivos para estar molesto con el giro laico del Ejecutivo español tras la victoria socialista del 14-M. Si se cumple el programa electoral del PSOE, no sólo la asignatura de Religión dejará de computar en la nota de los estudiantes, sino que habrá bodas entre homosexuales y se ampliará la despenalización del aborto.

Esas fueron las preocupaciones que el Papa expuso el viernes a Dezcallar. Ayer, con Zapatero delante, se limitó a recordar la reunión con el embajador para espetar al presidente: "Quiero reafirmar cuanto he dicho en tal ocasión". Zapatero, con la mejor de sus sonrisas, declinó replicar y procedió al protocolario intercambio de regalos.

"SU SANTIDAD, ENTRAÑABLE" Según declaró después, la entrevista, que duró exactamente 13 minutos, fue "entrañable por la actitud de Su Santidad". Con ella, Zapatero quiso "testimoniar" la voluntad de su Gobierno de "mantener una relación cordial, abierta y de diálogo con el Vaticano, la Conferencia Episcopal y la Iglesia católica en general".

Sin embargo, esa relación no supone ningún cambio en las decisiones del Gobierno más contestadas por la jerarquía católica. Zapatero fue tajante a la pregunta de si habrá algún cambio en esas políticas. "No --dijo--. La filosofía es mantener los acuerdos vigentes (el Concordato suscrito entre la Iglesia y el Estado español en 1979) y una relación abierta y fluida con el Vaticano y la Conferencia Episcopal".

CONSTITUCION EUROPEA En plena calle, Zapatero --que fue reconocido y felicitado por algunos transeúntes-- atendió a los periodistas y reveló que conversó con Juan Pablo II sobre la futura Constitución europea, aunque no precisó si el Pontífice se quejó de la ausencia de referencias al cristianismo en el texto constitucional. El presidente aseguró que el Papa "comparte la voluntad" del Gobierno español de que la Constitución "vaya adelante con toda la fuerza y toda la unión" lograda en la última cumbre de Bruselas.

También repasaron brevemente "aspectos del orden internacional importantes para la paz en el mundo", en especial la situación de Oriente Próximo. Zapatero no respondió sobre si el Papa le había felicitado por la retirada de las tropas españolas destacadas en Irak.