El PDECat registrará hoy, salvo un acuerdo in extremis poco probable, la enmienda a la totalidad a los Presupuestos del Estado. Esta fue la principal conclusión de la cumbre que celebraron ayer en el Parlament el president, Quim Torra, miembros de su Govern, el grupo de JxCat en la Cámara catalana y diputados y senadores del PDECat en las Cortes Generales, con la presencia por videoconferencia del expresident Carles Puigdemont.

Fuentes del Govern consultadas al respecto de las negociaciones advirtieron de que ahora mismo las posibilidades de que se levante el veto son escasas. Es más, alertaron de que en estos momentos las conversaciones, en lugar de avanzar hacia un acuerdo -con una mesa de diálogo de partidos estatales que incluya un relator independiente-, va en sentido contrario. «Estamos más lejos del acuerdo que hace unos días», confirmó el diputado del PDECat Carles Campuzano, que emplazó al presidente del Gobierno a dialogar hasta la presentación de la enmienda hoy. Y tras ella, hasta la votación final del miércoles en el Congreso. «Le reclamamos al presidente del Gobierno que escuche a la mayoría de ciudadanos, que están por el diálogo, y no haga caso de la presión de la derecha, la extrema derecha y una parte de su partido», insistió.

AÚN SIN RELATOR

La enmienda posconvergente responde a lo anunciado el lunes, si bien llega después de que ERC se adelantara y registrara el martes la suya. Campuzano aseguró que ambos partidos y el Govern actúan al unísono en estas negociaciones. Todas las enmiendas, también las del PP y Cs, se votarán conjuntamente el miércoles en el Congreso.

Siempre según estas fuentes de la Generalitat, aún no están sobre la mesa nombres concretos que puedan ejercer la función de relator, si bien es cierto que desde el lunes el Gobierno central tiene sobre la mesa un documento del Ejecutivo catalán con metodología y contenido de las negociaciones, que incluye diversos nombres de perfil extranjero que pudieran ejercer esa función. Nombres que la Generalitat insiste que deben ser «neutrales» y no implicados en el pasado con ninguno de los dos gobiernos. Aparte, el Gabinete de Torra recuerda en su propuesta que las conversaciones deben incluir la cuestión del derecho de autodeterminación de Cataluña.

LA VÍA UNILATERAL

Los socios de Govern se desmarcaron ayer de la unilateralidad con su abstención a una moción propuesta por la CUP que perseguía dar portazo al diálogo con el Estado si este no reconocía la autodeterminación. Posconvergentes y republicanos se escudaron en que «no renuncian a ninguna vía democrática y pacífica» para lograr la independencia y aseguraron que no serían los primeros en levantarse de una mesa en que la que se busquen acuerdos.

Los anticapitalistas se quedaron solos y acusaron a JxCat y ERC de «no poner líneas rojas» al Gobierno de Pedro Sánchez. El diputado Josep Costa aseguró que los cupaires presentaron el documento para «marcar perfil propio» y se quejó de que no aceptaran la mayoría de sus demandas antes de llegar al pleno. «Ponen énfasis en lo que nos separa y no en lo que nos une», criticó.

Por su parte, los republicanos afirmaron que el redactado «cierra puertas» y hicieron un balance de los encuentros que resultó en un: «No es del todo positivo». Desde el PSC, admitieron que hay «enormes dificultades» de llegar a buen puerto pero reivindicaron la necesidad de seguir con las conversaciones. El único punto en el que coincidieron todos los grupos fue en reclamar la expulsión del espacio público de «las expresiones del fascismo, el nazismo, el machismo, el racismo y la xenofobia».