Pemex asegura que se ha anotado una plusvalía de unos 660 millones de euros (900 millones de dólares) con la colcoación acelerada de un paquete del 7,86% con acciones de Repsol. La operación deja a la compañía con apenas el 1,44% de la petrolera española. La firma mexicana ya era accionista de Petronor y en el 1989, con la salida a bolsa de Repsol, pasó a ser socia de la nueva compañía.

El grupo afirma que su decisión es empresarial y que "no es un tema de la agenda bilateral en la relación México-España". Esta, agrega, "es profunda y amplia" y Pemex "es un ejemplo, con sus recientes inversiones de negocios en ese país", en referencia a España.

La desinversión "permitirá una mejor asignación de recursos financieros en proyectos e inversiones con mejores expectativas de rentabilidad y de generación de valor económico para México", según Pemex. Y además obedece "a la baja rentabilidad de las acciones obtenida por la actual administración frente a otras petroleras".

A su vez, "ni México ni Pemex forman parte del plan de negocio de Repsol" presentado por su actual cúpula directiva. Las desavenencias entre la compañía mexicana y el presidente de la petrolera española, Antoni Brufau, empezaron en el 2011. Entonces, los mexicanos sellaron una alianza con otro gran accionista de Repsol, la constructora Sacyr con el que pretendían descabalgar a Brufau.