Cuando, en diciembre de 2019, Podemos despidió por el gélido método del burofax a quien había sido jefe de sus servicios jurídicos, José Manuel Calvente, y a dos de sus colaboradores, la cúpula de la formación estaba desguarneciendo su flanco más delicado, por más que esté ya bregada en causas judiciales.

Una acusación de acoso sexual y laboral formulada por una de las letradas de Podemos -Marta Flor, la más cercana al líder, Pablo Iglesias- sonó entonces como explicación para el despido, mientras el acusado de acoso, Calvente, intentaba explicar donde quisieran oírle que en realidad se le echaba por estar averiguando irregularidades en las cuentas internas del partido.

Este 29 de julio la acusación de acoso se archivó por falta de pruebas, y, trece días después, el supuesto objeto de investigación de Calvente se abre paso engordando un sumario del Juzgado de Instrucción 42 de Madrid.

El joven letrado que hace seis años se unió a Podemos tras mojarse con los indignados del 15-M en la barcelonesa Plaza Catalunya se ha convertido ahora en el acusador más documentado, y también el más enconado, contra la formación morada. En el reparto de asuntos de los juzgados de la madrileña plaza de Castilla, su denuncia- señalando en primer término ante la Guardia Civil a la gerente de Podemos, Rocío Esther Val- fue a parar a la planta sexta, donde tiene plaza un magistrado casualmente muy polémico para la izquierda.

El juez Juan José Escalonilla Morales ha archivado ya dos veces una causa por delito de odio a Manuela Carmena. No vio quebranto de la ley en frases como "es terrible que ella no estuviera en el despacho de Atocha cuando mataron a sus compañeros" o epítetos como "vejestoria despreciable" con que en 2018 la tildaban policías (cerca de 200) que participaban en un chat contra la entonces alcaldesa de Madrid.

Es muy probable que, antes del 20 de noviembre -la fecha que el juez Escalonilla ha fijado para que declaren como imputados tres directivos internos de Podemos- la formación a la que tiene como acusada de financiación irregular lo recuse bajo el argumento de que ha emprendido una causa general antimorada. Las recusaciones con esa base triunfan poco, advierten compañeros de carrera del magistrado.