Un pesquero con base en el puerto de Santa Pola, el 'Nuestra Madre Loreto', está 'atrapado' en aguas internacionales frente a la la costa de Libia desde que el jueves rescatara del agua a doce inmigrantes que trataban de llegar a Europa en una patera hostigada por una patrullera del país africano y tras haberse negado Malta e Italia a que los desembarque en alguno de sus puertos.

Según diversas fuentes, el Gobierno español, por medio del Ministerio de Fomento y su sociedad Sasemar, de salvamento y seguridad marítima, lleva días negociando una solución que de momento no ha llegado.

La negativa 'europea', estrenada el pasado verano con la 'crisis del Aquarius', abre la puerta a la devolución a Libia, a la que se niegan los inmigrantes.

"Nos cuentan que se van desesperando porque pasan los días y no hay solución", cuenta a EL PERIÓDICO desde esta localidad alicantina José Durá, armador del barco. "Esperábamos que fuera rápido y ya llevamos cinco días sin solucion. Las últimas noticias es que siguen negociando a ver dónde los pueden ubicar", apunta.

Ahora mismo el barco está a unas 90 millas de Libia, a unas 130 de Malta y a unas 160 de Lampedusa, sin medios para acoger a tantos pasajeros y amenazado por un temporal. "No hay literas, están mal ubicados, unos aquí y otros allá y vomitando porque no son gente de mar. Y encima llega el mal tiempo. Un pastel", resume.

Un rescate de película

Durá se turna como capitán con su hijo Pascual, que es quien está al mando del barco en este turno y cuenta que el rescate "fue de película". "Había una patrullera Libia que los perseguía y a la caída de la noche la patera se refugio al amparo del barco. Se acercó la patrullera y subieron tres o cuatro, al resto los tiró al agua y los ayudaron a subir. El problema nos vino solo", explica.

Explica el armador que un barco de la ONG Proactiva Open Arms se acercó hasta su posición y que sus médicos "pasaron" al 'Nuestra Madre Loreto' para comprobar el estado de los inmigrantes y entregarles algo de material. "No se trasladaron a su barco porque su capitán quería tener la seguridad de que los iban a dejar desembarcar y sin esa seguridad era sólo trasladarles el problema", cuenta.

Según le ha trasladado su hijo, los inmigrantes, de muchas nacionalidades diferentes, les han dicho "que prefieren morir antes que volver a Libia, que antes de que los devuelvan se tiran al mar, no quieren volver porque saben lo que les va a pasar".

Habituales del salvamento

No es la primera vez que los Durá se enfrentan a esta situación. "Nos ocurrió hace diez años con el 'Francisco Catalina', y con este barco es la tercera vez que ocurre. Te satisface ayudar a la gente pero como está la cosa te obligan a mirar a otro lado, no lo harás porque ves una vida en peligro y es tu deber pero....", lamenta el armador.

En 2006 tuvieron que auxiliar a más de cincuenta personas en Libia y un año más tarde casi a treinta en Malta. "Debe haber un protocolo porque ahora son diez o doce pero si te suben cuarenta o cincuenta a ver qué haces. El Catalina estuvo ocho dias en espera pero las últimas veces ha sido más ligero", señala.

Su trabajo, en riesgo

El 'Nuestra Madre Loreto' zarpó hace tres semanas de Santa Pola y no tiene previsto regresar hasta el 21 de diciembre ya que está pescando para la campaña de Navidad, una de las más fuertes del año. Y, como puede, sigue haciéndolo.

"Estamos trabajando malamente pero seguimos haciéndolo porque un día que pierdes es un día que no recuperas y lo que es seguro es que no te lo va a pagar nadie", recalca.