Podemos dio ayer un toque de atención al Gobierno. A escasos días del envío a la Unión Europea (UE) de las líneas maestras de su proyecto de Presupuestos para el 2019, que se darán a conocer esta semana, el socio preferente del Ejecutivo, el partido con el que el Ministerio de Hacienda se ha sentado a negociar las nuevas cuentas públicas, dijo que si todo seguía así, si no había avances rápidos, no daría su apoyo. Ni siquiera se abstendría. «Estamos en el no», señaló el secretario general de los morados, Pablo Echenique, que citó las medidas frente a la burbuja del alquiler, la lucha contra la precariedad laboral, el precio de la luz, las mejoras en dependencia, el aumento del salario mínimo y los impuestos como principales escollos en los conversaciones con el Gobierno.

El rechazo avanzado por Echenique no fue definitivo. El dirigente morado mostró su confianza en «reconducir la situación» durante los próximos días, un mensaje que sirvió a los socialistas para argumentar que todo, en el fondo, era una «táctica de presión» en este último tramo de las negociaciones.

Fuentes del PSOE reaccionaron con cierta preocupación a las palabras de Echenique, pero recordaron que el pasado viernes Pablo Iglesias, líder de Podemos, ofreció un diagnóstico muy distinto en el Consejo Ciudadano del partido morado: presumió de su influencia en el Gobierno socialista y dijo ser «optimista» sobre las cuentas públicas.

Dos días más tarde, el domingo, Pedro Sánchez aprovechó su participación en una carrera solidaria de obstáculos por la conciliación y la corresponsabilidad entre mujeres y hombres para anunciar, en una comparecencia sin preguntas, que los Presupuestos apostarían «claramente» por la igualdad de los permisos de maternidad y paternidad. Así, el jefe del Ejecutivo hizo suya una medida que había promovido meses antes Podemos en el Congreso.

TRANQUILIDAD EN HACIENDA

«El Gobierno tiene muchas ganas de llegar a un acuerdo. Las conversaciones están abiertas, siguen con normalidad y existen muchos puntos en común», dijo la portavoz del Comité Electoral del PSOE, Esther Peña, quien instó a Podemos a que explique si va de «farol». Fuentes del Ministerio de Hacienda, en el mismo sentido, trasladaron su confianza en la buena marcha de la negociación, informa Rosa M. Sánchez.

Aun así, y más allá de que haya pacto con Podemos, en la Moncloa reconocen la «enorme dificultad» de aprobar los Presupuestos. Primero, por el veto del PP y Ciudadanos a la senda de déficit acordada con Bruselas, que incluye un margen de gasto de 6.000 millones de euros más respecto al acuerdo alcanzado en su día entre la UE y Mariano Rajoy. Y después, porque al PSOE no le basta con el partido morado. Necesita también a ERC y el PDECat, en un momento en el que desde la Generalitat se ha vuelto a la retórica de choque.

En Podemos, mientras tanto, piden «avances decididos» al Gobierno. Según fuentes de la formación, el problema reside en los documentos que les ha hecho llegar el Ejecutivo, que no contienen plazos o son muy dilatados. Pero las negociaciones se mantienen. Y como en otras ocasiones, es muy probable, señalan tanto los socialistas como los morados, que al final sean Sánchez e Iglesias quienes las desatasquen.