Podemos consultará a sus bases esta semana si quieren que su nombre figure en las papeletas para las elecciones municipales, autonómicas y europeas del 2019, como pide Pablo Iglesias, y esa consulta ha precipitado la competición con IU, que ha decidido también convocar a un referéndum a su militancia.

El primer paso lo dio Iglesias el pasado fin de semana al dejar «claro» ante su dirección que como regla general el nombre de su partido debe estar visible en las próximas citas con las urnas, porque es un «significante de cambio» del que deben sentirse orgullosos. Con ello, el líder de Podemos sorprendía a algunos de los suyos y también a sus aliados de IU, con quienes llevan negociando meses los términos de la confluencia y no creen que la marca sea el tema que corresponda abordar sin cerrar antes los acuerdos programáticos. En cualquier caso, el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, quizá consciente de cierto malestar en su formación, no tardaba en reaccionar y cinco días después confirmaba el viernes que también convocará «más adelante» un referéndum para que sus militantes decidan si quieren ver sus siglas en las papeletas. Así que, al final, aunque quieran otra cosa, de puertas para afuera el debate ya se ha convertido en una pelea por poner cada uno su marca en el cartel electoral. Miembros de la dirección de IU reconocieron a Efe que la decisión de Iglesias de consultar a sus inscritos ha despertado «preocupación», porque, si se trata de sellar un pacto, no ven adecuado que Podemos «salga a la carrera» para marcar posiciones y se adelante a quienes son sus socios.

«No me parece bien que, si hay reuniones para configurar la alianza, salga Podemos marcando el tiempo y la agenda sin contar con nosotros», admitía a Efe la eurodiputada y dirigente de IU Paloma López.

En su opinión, no es criticable que Podemos defienda sus siglas, pero en este momento de la negociación «no toca» hablar del nombre, sino del proyecto: «Creo que, si quieres alianzas, hay que acompasar los tiempo de todos los compañeros de viaje», añade.

Lo justo, según Paloma López, es que, si Podemos consulta a sus bases, IU lo haga también, porque lo contrario les precipitaría a un escenario similar al que ha propiciado su «falta de visibilidad» en el grupo confederal de Unidos Podemos en el Congreso.

López defiende una relación de equilibrio y «de igual a igual» y espera que los órganos de IU tomen en mayo una decisión sobre la coalición y se convoque el referéndum para sus militantes avanzado por Garzón.

En IU creen también que la consulta de Podemos es una decisión dirigida a su ámbito interno, ya que la complejidad de las alianzas hace que en algunos territorios la marca electoral no sea lo prioritario.

En Andalucía, por ejemplo, un día antes del Consejo Ciudadano de Podemos que aprobó consultar a las bases, la dirección de Teresa Rodríguez acordó utilizar «una marca municipalista» para ofrecer a las candidaturas municipales una herramienta jurídica con la que concurrir a las elecciones en el 2019.

SACRIFICIO DE SIGLAS / Podemos Andalucía no quiere imponer su marca a las candidaturas municipales y no va a renunciar a sus planes, pero espera que sean compatibles con los de la cúpula estatal, que admite que sus siglas pueden sacrificarse excepcionalmente en aquellos municipios en los que ya participan en gobiernos consolidados con otro nombre. Ejemplos claros son los de Ahora Madrid en la capital, Catalunya En Comù en Barcelona, o Compostela Aberta, Marea Atlántica y Ferrol en Común en Galicia. El portavoz de En Marea, Luis Villares, ya ha advertido que Podemos no debe imponer sus siglas para las municipales, porque su marca está «más que bien referenciada como espacio de confluencia» y debe ser la «fórmula de concurrencia electoral».

Y la secretaria general de Podemos en Galicia, Carmen Santos, también ha confirmado que se respetarán las marcas consolidadas en «ciudades donde se está gobernando».