Unidos Podemos deja en el aire su participación en la comisión creada en el Congreso a propuesta del PSOE para actualizar el modelo territorial. Era un secreto a voces la incomodidad que esta iniciativa despertaba entre los morados, que en enero vieron como la Cámara baja tumbaba una propuesta suya similar con el rechazo, justamente, de un PSOE entonces dirigido por la gestora. La posibilidad de protagonismo socialista con esta propuesta incomoda sobremanera a la dirección podemista.

Ante el horizonte inmediato de incertidumbre política en Catalunya y con el contexto de su propio malestar interno, la dirección de Unidos Podemos decidió este miércoles "dejar en suspenso" su papel en este órgano. Alega que en las actuales circunstancias "no se dan las condiciones" para que la comisión sea efectiva.

Solo si Puigdemont renunciase a la declaración unilateral de independencia o si el Gobierno descartase aplicar el artículo 155 de la Constitución, Podemos cambiaría su posición.

Por el momento, el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se descuelga de la comisión y alega que "no reúne las condiciones para el diálogo", amparado en la negativa de ERC a participar y las dudas del PDECat.

El PSOE quita hierro a la retirada podemista y recuerda que la comisión es de puertas abiertas. Su portavoz en el Congreso, Margarita Robles, hizo oídos sordos a los amagos de deserción y se mostró convencida de que al final independentistas y podemistas participarán. "Es una propuesta histórica para reformar la Constitución después de 40 años, no solo para el tema territorial, sino también para los derechos sociales", defendió.

Justamente esa reforma de la Ley Fundamental es la que inquieta a Podemos, que quiere que cualquier modificación se someta a la consulta ciudadana.

"Si el PP y el PSOE intenta tocar una sola coma de la Constitución por su cuenta, nosotros tenemos diputados suficientes para asegurar al pueblo español que llevaremos cualquier cambio a referéndum", insistió Iglesias. Los morados lamentaron ser excluidos de las conversaciones con Mariano Rajoy en la Moncloa por la crisis catalana. La semana pasada sus portavoces consideraron "lógico" que el presidente no les convocase a estas reuniones.