EL GOBIERNO español trasladó ayer su enérgica protesta a Londres, tras anunciarse que el submarino de propulsión nuclear llegará a Gibraltar mañana. El ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, aseguró que "toma nota" del acto "poco amistoso" del Reino Unido, cuyo embajador en Madrid fue convocado por segunda vez esta semana.