Raquel Gago Rodríguez, la agente de la policía municipal de León de 41 años imputada en el asesinato de la presidenta de la Diputación de la provincia, Isabel Carrasco, participó el martes por la mañana en el dispositivo de seguridad y control del tráfico que se organizó durante el velatorio de la dirigente del PP. La agente declaró nuevamente el miércoles en las dependencias de la Policía Nacional que investigan qué grado de conocimiento tenía la mujer del crimen que estaban preparando su amiga íntima Triana Martínez y la madre de esta, Montserrat González.

El martes por la noche, Gago apareció en la comisaría de la Policía Nacional acompañada del novio de su hermana, agente del mismo cuerpo de seguridad. Nerviosa, entregó una bandolera negra con un revólver Taurus 32 HR Magnum del calibre 38. Era el arma que el lunes por la tarde utilizó González para ejecutar por la espalda y rematar en el suelo a la mujer más poderosa de León.

La agente municipal contó que encontró la bandolera esa misma tarde en el suelo de la parte trasera de su coche. Y que al abrirla encontró el arma. En su declaración, Gago relató que el lunes trabajó en el turno de mañana. Y por la tarde se acercó con su coche particular, un Volkswagen Golf ranchera a la Gran Vía de San Marcos, donde estacionó. Allí se encontró a un amigo, con el que estuvo charlando. En ese momento apareció su gran amiga Triana y se saludaron. La policía aseguró que fue un encuentro por sorpresa, que no habían quedado.

La coartada

Y así lo ha declarado también ese hombre, convirtiéndose en su gran coartada. Gago sospecha que debió ser en un momento de descuido cuando Triana arrojó la bandolera a la parte trasera de su coche y que cayó al suelo. Y declaró después que fue el miércoles por la tarde, después de trabajar, cuando tuvo que mover los asientos traseros de su vehículo para meter una bicicleta en el maletero, cuando descubrió la bandolera y el revólver en su interior.

Pero hay un dato en todo este relato que desconcierta a los investigadores. El lunes por la tarde, cuando todo León sabía que Montserrat y Triana habían sido detenidas por el asesinato de Carrasco, ¿por qué Gago no acudió a la Policía Nacional o a sus superiores para explicar que minutos después del crimen estuvo hablando unos minutos con una de las dos detenidas? ¿Por qué?

¿Un encuentro casual?

Y hay otro elementos que tampoco cuadra en este relato. Triana no ha querido declarar ante la policía, pero si lo hizo su madre Montserrat. La mujer explicó que fue ella la que se deshizo del arma y que se lo entregó a "una amiga". No dijo más. ¿Cómo sabía que había una amiga de su hija en el escenario del crimen? ¿No había sido un encuentro casual? La titular del juzgado de instrucción número 4, Sonia González, interrogará a la agente municipal en los próximos días.