La policía pinchó los teléfonos de Jamal Zugam, uno de los supuestos autores materiales de los atentados del 11 de marzo en Madrid, desde al menos nueve meses antes de la masacre que acabó con la vida de 191 personas, pero la falta de traductores del dialecto árabe en el que hablaba el sospechoso hizo que se acumularan las cintas grabadas sin que nadie las tradujera.

Fuentes de la investigación precisaron, no obstante, que, pasado el 11 de marzo, se ha comprobado, traduciéndolas, que en ellas no había referencias a los atentados de Madrid, en los que se cree que Zugam tuvo supuestamente una importante participación.

AVISO DE MARRUECOS Tras los atentados de Casablanca, el 16 de mayo del 2003 y en el que murieron más de 40 personas, cuatro de ellas españolas, las autoridades marroquís alertaron a sus homólogos españoles de que Zugam, vinculado a algunos de los terroristas de esa masacre, se encontraba en España.

De esta forma, la policía pidió a la Audiencia Nacional autorización para intervenir las comunicaciones telefónicas de Jamal Zugam, quien trabajaba en un locutorio de la calle de Tribulete del barrio madrileño de Lavapiés y quien, supuestamente, adquirió los teléfonos móviles que se colocaron en los artefactos que explosionaron en los trenes de la masacre de Madrid.