Los investigadores estrechan el cerco sobre José Emilio Suárez Trashorras. Efectivos de la Guardia Civil procedentes de Madrid se desplegaron ayer por Avilés para intentar localizar a posibles cómplices del exminero asturiano en la venta de los explosivos utilizados en los atentados del 11-M en Madrid.

Según confirmaron fuentes próximas al caso, la operación se prolongó durante toda la jornada, sin que al cierre de esta edición trascendiese la existencia de algún detenido. Al parecer, la investigación corre a cargo de agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) con sede en Madrid, que se habrían trasladado a Asturias en busca de nuevas pistas sobre la participación de Trashorras en la trama del atentado y sobre el origen de los explosivos. Su interés principal radica en conocer si el avilesino contó con algún tipo de colaboración a la hora de vender el explosivo al grupo terrorista, uno de cuyos cabecillas, que se reunió con Trashorras, era Jamal Ahmidam, más conocido como El Chino .

COMPARECENCIA Según estas mismas fuentes, el origen de esta operación estaría en la segunda declaración de José Emilio Suárez Trashorras ante el juez Juan del Olmo, que tuvo lugar a petición propia el pasado viernes en la Audiencia Nacional. En dicha comparecencia, el asturiano ratificó su versión inicial, aunque, al parecer, habría aportado algún dato novedoso que ha llevado a los investigadores a ampliar su actividad en Avilés.

En su segunda comparecencia ante el juez Del Olmo, Suárez Trashorras reiteró que los terroristas se habían puesto en contacto con él para saber cómo conseguir dinamita. Según su versión, rechazó el negocio propuesto por sus interlocutores, a los que días después reconoció entre el conjunto de los implicados en los atentados. Eran "dos o tres" personas a los que hasta entonces asociaba al tráfico de hachís.