Hay una mayoría en el pleno del Congreso y otra en la Mesa. La situación es excepcional, pero no tendría por qué ser así. Si el PP y Ciudadanos cuentan con cinco de los nueve asientos en el órgano que gobierna la Cámara baja, una superioridad que les permitió este lunes bloquear el atajo del Gobierno para aprobar los Presupuestos del año que viene, es gracias a ERC, el PDECat y el PNV.

Los tres partidos, que ahora apoyan al Ejecutivo socialista frente a populares y naranjas, votaron en blanco, junto a Bildu y Coalición Canaria, durante la elección de Ana Pastor como presidenta del Congreso. Pero la responsabilidad de los exconvergentes, y en principio también de los nacionalistas vascos, es mayor: dos de los vicepresidentes de la Cámara baja, el naranja José Ignacio Prendes y la popular Rosa Romero, fueron designados con 10 apoyos más de los 169 que suman los escaños de ambas formaciones de centro-derecha. El voto es secreto para la configuración de la Mesa, pero fuentes del PDECat, que entonces intentaba lograr grupo propio (no lo consiguió), admitieron que habían prestado su colaboración. El PNV sigue negándolo hoy, pese a que el PSOE y Podemos aseguran que los jeltzales también ayudaron al PP y Cs, que desde entonces han aprovechado su mayoría para bloquear iniciativas del resto de grupos.

¿Se arrepienten los nacionalistas de haber colaborado en esta situación? "Nunca hemos estado en la Mesa ni nunca hemos sido solicitados a participar en ninguna conformación de mayorías", señalan en ERC. Fuentes del PDECat recuerdan que quien ejecutó aquella maniobra fue el entonces portavoz, Francesc Homs, después expulsado del Congreso al ser condenado por desobediencia por el Tribunal Supremo. "El PSOE nunca tuvo un interés real en controlar la Mesa", añaden. "No puede caer sobre nosotros esa responsabilidad. Solo suponemos cinco de los 350 votos y además votamos en blanco", responde el PNV.