Pablo Casado está ya en Colombia, para asistir a la toma de posesión del nuevo presidente, Iván Duque, mientras su círculo afín trata de apagar desde Madrid el incendio dejado este lunes por el auto que ve indicios de cohecho improvio y prevaricación en el 'caso Máster'. Su núcleo de colaboradores no aporta documentación para disipar las sombras de duda que indican que podría haber sido un "regalo", pero trata de blindar al nuevo presidente del PP.

Este martes, su secretario general, Teodoro García Egea, ha defendido la honorabilidad de su líder y su continuidad en el cargo, que se hizo con el cargo con un discurso de regeneración hace solo dos semanas y media. "Los inocentes no deben dimitir", ha reivindicado, desde una entrevista en la Cadena Ser.

El círculo próximo a Casado sostiene, igual que hacía antes de conocer el auto de la juez instructora, que la polémica se disipará porque no tiene base más allá del deseo de los partidos de izquierda y de los medios de comunicación de dañar la carrera de su nuevo líder. "Evidencia que a la izquierda no le gusta Pablo Casado, que la ola de ilusión que ha generado es muy positiva para España y los militantes la han elegido", ha acusado el secretario general del PP.

García Egea ha censurado que se pidan pruebas a Casado para demostrar que su actuación en el máster fue correcta y ha lamentado que ahora "le vayan a corregir los deberes de sexto de EGB". El dirigente se ha mostrado convencido de que el caso "va a quedar en nada" porque Casado es "víctima de una persecución". Ha evitado comprometer qué votará el PP en el Congreso si el Supremo pide el suplicatorio de su líder.