El 2018 arranca con los primeros movimientos en la pugna política por liderar el voto conservador, lucha que promete convertirse en la más árida del año, máxime si se tiene en cuenta que en el ala progresista del electorado el PSOE ya no teme el 'sorpasso' de Podemos. El PP se fue de vacaciones de Navidad sin elaborar un análisis detallado sobre qué táctica implementar para recuperar el espacio conservador que le va ganando Ciudadanos, pero el miedo es innegable y lo reconocen destacados dirigentes del partido: temen que el duelo populares-naranjas vivido el 21-D vuelva a ser favorable a Albert Rivera en los próximos comicios municipales y autonómicos, en la primavera del 2019, y que C's acabe heredando un electorado de centro derecha y liberal que el PP hegemoniza desde hace casi cuatro décadas. Aún a falta de diseñar un plan para ganar esa batalla, los populares comienzan a reaccionar. De la pasividad frente a los de Rivera -que permitió la investidura de Mariano Rajoy- los populares han pasado al ataque. Apenas cuatro días despúes de que ambos dirigentes se reuniesen en la Moncloa, el PP agita un informe del Tribunal de Cuentas que cuestiona la contabilidad de C's en 2015.

El coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, salió este lunes a reprochar a Rivera que su partido no supere la fiscalización de sus finanzas y le exigió que dé explicaciones para suspender en un informe que, a su juicio, es "demoledor". Considera el popular que el mensaje de regeneración que abandera el partido del dirigente catalán es "incompatible" con las revelaciones del Tribunal de Cuentas.

IRREGULARIDADES CONTABLES

En concreto, el órgano fiscalizador se ha negado a dar su conformidad a la contabilidad de 2015 de nueve partidos, entre ellos Ciudadanos, Izquierda Unida (IU), Compromís, Convergència (CDC, socio de la nueva Junts per Catalunya) y EH Bildu, al detectar demasiadas incidencias, deficiencias y discrepancias que limitan de examen.

El informe llegó el pasado viernes al Congreso de los Diputados. Recoge una opinión favorable de las cuentas de 20 partidos en el 2014, y de 19 en el ejercicio del 2015. El PP, PSOE y Podemos pasan el examen. Por contra, el Tribunal ha emitido opinión desfavorable sobre nueve formaciones, entre ellas Ciudadanos, "debido a las limitaciones al alcance y/o a importancia cualitativa de las salvedades puestas de manifiesto".

Maíllo, en una entrevista en Europa Press, denunció que el informe pone a la formación de Albert Rivera "al mismo nivel que a Bildu y que IU en términos económicos, plagado de irregularidades e ilegalidades su contabilidad", y se preguntó si el partido naranja tiene "algo que decir".

ACOSTUMBRARSE A LA CRÍTICA

"Esa idea de la transparencia queda diluida con un informe demoledor en el que se sacan muchas consecuencias en términos de irregularidades", abundó el número tres del PP, que defendió que su partido pueda pedir explicaciones al considerar que el informe del Tribunal de Cuentas constituye en si mismo un "instrumento de crítica razonable".

A su juicio, los naranja tienen que "acostumbrarse" a que ellos también sean sometidos a la crítica. "Han pasado una temporada en la que le costaba mucho aceptar la crítica. Y es lógico y normal que también acepten la critica por los demás partidos. Son las reglas del juego", señaló Maíllo.