El presidente del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, continuará al frente de la Xunta por cuarta vez consecutiva y con una aplastante mayoría absoluta en el Parlamento gallego. Los populares no acusarían desgaste alguno tras once años de gestión en Galicia y tras la votación del domingo se harían con entre 41 y 43 escaños hasta dos más que en el 2016 en la Cámara autonómica, un resultado excepcional que le daría entre tres y cinco diputados por encima de la mayoría absoluta, según la encuesta de Gesop para 'Faro de Vigo', diario del grupo Prensa Ibérica.

En el otro bando del hemiciclo, PSOE y BNG pugnarían por liderar la oposición, pues cosecharían un número de escaños muy similar. Los socialistas sumarían entre uno y tres asientos con respecto a los resultados del 2016 para situarse en una horquilla de entre 15 y 17, aunque la subida más fuerte sería la de los nacionalistas del Bloque, que ganarían representación en las cuatro provincias y pasarían de seis a entre 14 y 16 escaños. En este escenario, la coalición sucesora de En Marea que en los pasados comicios logró 14 diputados y que ahora concurre fragmentada en dos candidaturas tras una convulsa legislatura en la que se rompió en pedazos, sufriría un descalabro, dado que solo conseguiría una representación mínima, de dos escaños, en manos de Galicia en Común. La otra parte de la alianza rupturista, Marea Galeguista, no tendría presencia, como Ciudadanos y Vox.

Estas elecciones se realizarán en unas circunstancias totalmente inéditas marcadas por la crisis sanitaria del covid-19, que obligó a aplazar las elecciones cuando ya estaban convocadas para el 5 de abril, momento en el que la pandemia llegaba a su pico. Con todo, y ya fuera del estado de alarma, la votación del próximo domingo se acometerá sujeta a un estricto protocolo de protección para prevenir contagios.

La encuesta se basa en 1.503 entrevistas telefónicas realizadas entre el 18 y el 29 de junio: 450 en cada una de las provincias de Pontevedra y A Coruña, 302 en la de Lugo y 301 en la de Ourense. Las llamadas de la encuesta se iniciaron a los cuatro días de que Galicia abandonara el estado de alarma.

Partido Popular

El PP no da signos de agotamiento ante el electorado y Feijóo añadirá a su historial político una cuarta mayoría absoluta consecutiva y además con extraordinario margen. El sondeo pronostica que los populares se harán con entre 41 y 43 escaños por los 41 que lograron en la pasada legislatura. En las tres anteriores elecciones a las que se presentó Feijóo, también obtuvo la absoluta en todas ellas. Lo excepcional en esta ocasión es que igualaría el mejor resultado de Manuel Fraga en Galicia, si no lo supera, pero en su cuarta contienda electoral, cuando un posible desgaste por la gestión de tres legislaturas podía pasarle factura.

De confirmase el resultado de la encuesta, Galicia sería la tercera comunidad con una mayoría absoluta, como también lo hace el PSOE en Castilla-La Mancha y en Extremadura tras los comicios autonómicos en sus territorios del pasado mayo.

El PP repetiría los resultados del 2016 en las provincias de Pontevedra y Ourense, con 11 y nueve escaños, respectivamente, si bien obtendría más apoyo porcentual que en el 2016, aunque insuficiente para mejorar su cosecha de diputados.

De ganar dos escaños en el cómputo global lo haría en A Coruña y en Lugo, ganando uno más en cada circunscripción. En la coruñesa conservaría los 13 actuales y podría llegar a 14, y en la lucense, la horquilla oscila entre ocho y nueve.

El blindaje de la mayoría absoluta del PP llegaría con un apoyo del 48,5% del electorado, un punto y medio más que en los anteriores comicios. Una de las causas de este respaldo es que la formación conservadora es la que mayor fidelización del voto presenta, ya que conservaría el 80% del electorado que le apoyó hace cuatro años. A lo que se suma su capacidad para atraer votantes de otros colores como del PSOE o del BNG, aunque sobre todo, de esa bolsa que se declara indecisa y que no aclara la orientación de su elección hasta el último día.

PSdeG-PSOE

Los socialistas gallegos llegan a los comicios con un cabeza de cartel que se estrena como candidato a la Xunta, Gonzalo Caballero. En los anteriores comicios empató a escaños con En Marea, pero la coalición rupturista obtuvo más votos, por lo que el PSdeG se quedó como tercera fuerza política, aunque luego recuperó la segunda posición debido al proceso de desintegración interna de En Marea y a la escisión de cinco de sus diputados que se pasaron al grupo mixto. Ahora, aunque el PSOE mejoraría sus resultados con entre uno y tres diputados más, tendría que pelear por el liderazgo de la oposición, esta vez, con el Bloque. La ventaja que tienen sobre los nacionalistas es mínima.

El PSdeG lograría entre 15 y 17 bancos y mejoraría en todas las provincias, salvo en la de Lugo, donde repetiría los resultados de 2016, con tre escaños. En la circunscripción de Pontevedra pasaría de cuatro a cinco, mientras que en la de A Coruña podría repetir los 13 actuales o ganar uno más. En la de Ourense, se repite este mismo esquema: conservar los dos del 2016 o sumar un tercero.

En todo caso, el ascenso de los socialistas se haría siempre a costa de los herederos de En Marea, cuyo desplome les beneficia a ellos y, más aún, a los nacionalistas. El apoyo del PSOE sería del 20,4%, algo más de tres puntos con respecto a los comicios pasados, ganando respaldo en las cuatro provincias que procedería, precisamente, de antiguos votantes de En Marea.

Las elecciones del domingo serán además las primeras en las que se presente como candidato a la Xunta el secretario general del PSdeG-PSOE, Gonzalo Caballero. Será su auténtica prueba de fuego. Como líder de los socialistas gallegos ya se ha enfrentado a tres procesos electorales. En las generales de abril del 2019, el PSdeG ganó por primera vez en su historia al PP. Fue el partido más votado. Al mes siguiente hubo elecciones municipales y los socialistas quedaron en segunda posición, pero solo a 10.000 votos de los populares y siendo además sus mejores resultados en unos comicios locales. Y en noviembre del 2019, en las segundas generales del año, el PSOE se quedó a menos de 10.000 votos del PP, aunque las fuerzas de izquierdas ganaron ampliamente. Pero ahora, será el propio Caballero que el que mida su tirón electoral, ya que lo que está en juego es la Xunta y no los municipios ni el Gobierno de España.

BNG

El Bloque Nacionalista Galego alcanzó su techo electoral en 1997, al convertirse en la segunda fuerza política de Galicia en el Parlamento y llegar a los 18 escaños. En las siguientes, las del 2001, repitió como segunda fuerza empatada con el PSOE, con 17 diputados, iniciando ahí un descenso de apoyos que fue continuo y regresivo que llevó a los nacionalistas gallegos a quedar con siete escaños en el 2012 y seis en el 2016, resintiéndose de la división interna del BNG y de los abandonos de diversas corrientes así como de la irrupción de AGE en el 2012 y, en los comicios siguientes, de En Marea.

Pero ahora, según el sondeo de Gesop, el BNG emprende la remontada y alcanzaría un resultado similar al de sus mejores épocas, cuando no tenía alternativa política dentro del nacionalismo gallego. Lograría entre 14 y 16 diputados, lo que supone más que duplicar el rendimiento de hace cuatro años, cuando su representación en el Parlamento autonómico se redujo a seis asientos.

Su ascenso se produciría en las cuatro provincias. En las de Pontevedra y A Coruña pasaría de tener dos a cinco en cada una, mientras que en Ourense y Lugo, donde ahora solo tiene un acta por cada circunscripción, obtendría entre dos y tres en cada una. El porcentaje de apoyo sería del 18,7%, menos de dos puntos por debajo del PSOE, al que estaría en condiciones de disputarle el liderazgo de la oposición, condición que logró en las legislaturas de 1997 y 2001.

Este resurgimiento llega de la mano de Ana Pontón, que por segunda vez repite como candidata a la Xunta, pero también y sobre todo por el desplome de los sucesores de En Marea. Según la encuesta, el 38% de los gallegos que en los anteriores comicios votaron a la izquierda rupturista ahora orientarían sus papeletas hacia el BNG. Será una vuelta al caladero del que salieron hace unos años para respaldar primero a AGE y luego a En Marea en cuya génesis tuvo un papel protagonista Xosé Manuel Beiras, líder histórico del nacionalismo gallego.

Galicia en Común

El nombre completo de la candidatura es Galicia en Común-Anova Mareas y recoge parte del legado iniciado con AGE y continuado con En Marea, proyecto político este último que se fue desintegrando durante la pasada legislatura, incluida la ruptura del grupo parlamentario y algunos abandonos, debido a las intensas desavenencias internas fruto de las variopintas corrientes que agrupaba.

Galicia en Común, capitaneada por Antón Gómez-Reino que se estrena como candidato a la Xunta, solo obtendría dos diputados y el apoyo del electorado apenas superaría el 5%. Nada que ver con la coalición del 2016 de la que formaba parte, cuando con 14 escaños y el 18,9% de respaldo ciudadano se erigía como segunda fuerza del Parlamento, por encima de un PSOE con el que estaba empatado a actas, pero con mayor número de papeletas obtenidas. Esta formación solo conseguiría un escaño en la provincia de Pontevedra y otro en A Coruña. En Ourense y Lugo quedaría en blanco, con apoyos en las urnas del 3% y del 3,8%, respectivamente.

Sería, por tanto, el desplome total de un proyecto político que arrancó muy fuerte con AGE, alianza entre Esquerda Unida y Anova el partido creado por Beiras tras dejar el Bloque, que se montó en solo unos meses y consiguió 9 escaños en su primera cita electoral. En los comicios del 2016, se convirtió en En Marea, dando entrada a Podemos y a las mareas municipalistas, con los alcaldes de A Coruña, Santiago y Ferrol como referentes.

Marea Galeguista, Vox y Ciudadanos

Marea Galeguista es la otra pata de lo que fue En Marea. No se iba a presentar a las elecciones convocadas para abril, pero luego cambió de opinión y decidió concurrir a las de julio tras aplazarse las primeras por el coronavirus. Según el sondeo, no tendrá representación en el Parlamento. La intención de directa de voto revela que solo un 0,5% de los gallegos la apoyaría.

Ciudadanos también pincharía en su segundo asalto a la Cámara autonómica y volvería a quedar fuera. El apoyo de los gallegos se queda en el 0,2%.

Y Vox, que acude por primera vez, aunque no tiene candidato a la Xunta, tampoco conseguiría representación en el Parlamento, si bien tendría más apoyo en las urnas: el 0,9%, que oscilaría entre el 1,6% de Pontevedra y el 0,3% de Ourense.