El Gobierno y el PSOE coincidieron ayer en reclamar a Josu Jon Imaz, el nuevo líder del PNV, que prescinda del plan Ibarretxe para hacer efectiva su apuesta por una "nación cívica e integradora". Pero, mientras José María Aznar no dio ninguna credibilidad a esas palabras, José Luis Rodríguez Zapatero matizó que el discurso del sucesor de Xabier Arzalluz le produce "más esperanza que preocupación".

Las reacciones al nombramiento de Imaz marcaron el primer día de trabajo de quien dirigirá a los peneuvistas los próximos cuatro años. Imaz acudió a primera hora al despacho de Sabin Etxea (sede central del partido en Bilbao) que Arzalluz ocupó hasta el pasado viernes, y presidió la reunión semanal de la ejecutiva, que hasta el día 31 no renueva a sus componentes.

BIENVENIDA DEL PSE El líder de los socialistas vascos, Patxi López, confesó compartir las "bienintencionadas" palabras de Imaz al defender un país hecho entre todos, pero subrayó que este mensaje es "incompatible" con una propuesta "excluyente" como la del lendakari. López prefirió "esperar" a los primeros pasos de Imaz antes de adelantar conclusiones, pero reconoció un cambio "de talante y de formas". "A Arzalluz no le hubiéramos oído un discurso parecido", añadió.

Rodríguez Zapatero abogó por un nuevo escenario de diálogo entre los Gobiernos central y vasco basado en el compromiso de acabar con la violencia en el País Vasco. Anunció que lo pondrá en marcha si llega al palacio de la Moncloa y dijo que su rechazo al plan Ibarretxe lo expondrá "dialogando, llamando a la reflexión y apelando al respeto al marco constitucional y estatutario".

En cambio, Aznar no cree que la llegada de Imaz a la presidencia del PNV vaya a cambiar las cosas. El presidente del Gobierno central advirtió de que "es incompatible en sí mismo proponer el diálogo con los partidos constitucionalistas y defender la secesión". "Se puede decir --añadió Aznar-- porque se puede decir todo, pero los hechos van en el camino contrario".

El exdirigente de la ilegalizada Batasuna Pernando Barrena se mostró más crítico que nadie con el discurso de Imaz del domingo, en el que el nuevo presidente peneuvista dejó claro que no habría acuerdos electorales con la formación ilegalizada. Barrera consideró que eso supone un "retroceso" en las posturas políticas del PNV porque "prima" el pacto con el Estado sobre la autodeterminación. Barrena calificó a Imaz de "autista" y no ocultó sus preferencias por el candidato derrotado, Joseba Egibar.