El líder del PP, Pablo Casado, abrió este domingo el curso político con la idea de acabar con la ley de memoria histórica y sustituirla por una "ley de concordia" que reivindique la transición y eche por tierra la interpretación "sectaria" de la historia que hacen, en su opinión, la izquierda y los nacionalistas.

Casado inició oficialmente el curso en la provincia por la que es diputado, con un acto frente a la muralla de Ávila que quiso dedicar, casi en su totalidad, a defender la transición y la vigencia de la Constitución. Con la promesa de que "concordia" será la palabra que guíe sus pasos en esta nueva etapa política, anunció, además de esta propuesta de reforma, que la nueva fundación del PP se llamará Concordia y Libertad y tendrá como presidente a Adolfo Suárez Illana.

Cuando finaliza este verano en el que el Gobierno ha puesto en marcha la maquinaria legal para sacar los restos de Franco del Valle de los Caídos, Casado acusó al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, de hacer lo mismo que hizo en su momento José Luis Rodríguez Zapatero, al promover la "crispación" en torno a la historia de España para contentar a Podemos y los separatistas.

Con esa "ley de concordia", el dirigente popular pretende "derogar la reescritura sectaria de la historia" que se está haciendo actualmente, aunque fuentes del PP aseguran que no se trata tanto de una derogación de la ley de memoria histórica como de su "sustitución", en su mayor parte, por esta nueva norma.

Casado advirtió de que no piensa consentir que "se muerda el anzuelo de debatir sobre qué pasado hay que desenterrar" y por eso defiende esta ley que pretende "reivindicar la transición" e impedir que se sigan arrojando "palabras de rencor sobre la sociedad española". E insistió en defender la ejemplaridad de la transición, lamentando que se esté hablando "otra vez de la guerra civil", una "ridícula coartada de la izquierda radical para justificar su sectarismo y disimular su incompetencia".

"GUERRA" EN EL PSOE

Para "guerra civil", según el líder del PP, la que existe dentro del socialismo en este momento, y que enfrenta a los "radicales" representados por Sánchez y Zapatero con los "constitucionalistas" y defensores de la transición que no están de acuerdo con el camino elegido por el presidente del Gobierno y líder del PSOE.

"Los socialistas prefirieron echarse en manos otra vez del radicalismo y el secesionismo para volcar el sistema a su favor", añadió Casado, para quien es "muy grave" que el PSOE "haya aceptado que su camino hacia el Gobierno ya no pase por las urnas". Y alertó de que lo que quiere el populismo y el secesionismo es que el PSOE "renuncie a su historia democrática" y "se olvide su participación en la transición" para que parezca que fue una "imposición" de una "derecha grotesca" sobre todos los demás.