Los partidos convocantes de la concentración contra ETA (PSC, ERC, ICV y CiU) que se celebra a las 19.30 horas de hoy en la plaza de San Jaime de Barcelona intentaron ayer que el PP cambiara de idea y participara en el acto. Los esfuerzos fueron en vano. Los conservadores descartaron acudir a la cita, que definieron como muestra de apoyo al líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira.

El portavoz del Gobierno catalán, Joaquim Nadal, reclamó al PP que no intente trazar en Cataluña "una raya divisoria que separe a los demócratas", como la que, dijo, ha intentado establecer en Euskadi. En la misma línea se pronunciaron los socios del tripartito, ICV y ERC.

El presidente del PP catalán, Josep Piqué, cerró las puertas a la asistencia de su partido al acto, que tildó de "pantomima" utilizada de forma "repugnante" por parte del tripartito. "No nos podemos sumar al ejercicio brutal de hipocresía colectiva que representa la concentración", proclamó. Piqué consideró que la "unidad teórica" en contra del terrorismo en Cataluña "es falsa".

No sólo Piqué rechazó la concentración. La negativa fue unánime por parte de sus compañeros de partido. El candidato popular a la Moncloa, Mariano Rajoy, agregó que "hay mucha gente que, equivocada o no, siente que la concentración de mañana por hoy es otra cosa". Los pesos pesados del PP cargaron contra la convocatoria con el mismo argumento: la denuncia de que es un espaldarazo a Carod-Rovira.

El vicepresidente primero, Rodrigo Rato, tildó la protesta de "ambigua" porque no sólo es contra ETA sino también "a favor de Carod-Rovira y de Maragall", y el vicepresidente segundo, Javier Arenas, afirmó que el objetivo es "lavar la cara" a Carod y "legitimar" su diálogo con ETA. El portavoz del PSOE en el Congreso, Jesús Caldera, lamentó la ausencia del PP y vaticinó que los ciudadanos "lo tendrán en cuenta el 14-M".