El Partido Popular asegura que jamás ha pretendido frenar expulsiones de inmigrantes irregulares, ni retrasar procesos ya en marcha ni darles papeles a quien no los tenga a cambio de que ofrezcan a sus hijos en adopción en España. Sugiere que todo es una conspiración para perjudicar sus siglas. Y a su líder. Hablan de aberración. De bulo. De ofensa. El presidente del PP, Pablo Casado, reta a las organizaciones políticas, sociales y medios que le han criticado a encontrar una declaración suya en la que mantenga lo que, a su entender, no es otra cosa que una «fake news» de la que se considera víctima. Pero todo apunta a que Casado se ha convertido en una víctima de sí mismo o de su organización en este caso, al permitir que se difundiera una medida supuestamente errónea sin desmentirla durante horas y, al intentar aclararla, crear aún más confusión y controversia por lo enrevesado de la justificación. Hasta el momento no se ha entregado a la prensa la redacción literal que tendrá esa iniciativa ni como proyecto legal ni como propuesta electoral.

La primera vez que se supo de ella fue el domingo, cuando El Mundo publicó la siguiente noticia: «Blindaje a las sin papeles que den a sus hijos en adopción». Se señalaba allí que el PP quería «blindar» a las inmigrantes en situación ilegal para que «no sean expulsadas de España si dan a sus hijos en adopción». No hubo desmentido del partido.

El miércoles, Newtral preguntó por el tema a la formación política para verificar el asunto o poder corregirlo. Obtuvo respuesta por escrito. «La propuesta se refiere a que en el caso de que una mujer irregular quiera dar a su hijo en adopción quedaría blindada, pero no sería blindaje para toda la vida, y no supondría un motivo de expulsión. Cuando una mujer irregular quiere dar a su hijo en adopción, desvela esa situación y se expone a que se activen los mecanismos que la ley contempla ante esta situación irregular. Pues bien, este hecho no activaría la expulsión. Además de que gozaría de toda la protección y garantías en igualdad de condiciones que las mujeres que viven en situación regular en España». Así se intentó explicar desde la oficina de comunicación del PP pero, unas horas después, esto tampoco era válido ya ante la ola de indignación que crecía en la opinión pública. La palabra «blindaje» empezaba a convertirse en tabú en las filas populares.

POLÍTICA TERCERMUNDISTA

Llegó entonces un comunicado oficial. «Es falso que el PP proponga no expulsar a mujeres en situación irregular a cambio de que entreguen en adopción. Esto es, literalmente, una barbaridad […]», se recalcaba. Se entregó además una nota en la que se trata de explicar cómo funciona el protocolo en la Comunidad de Madrid para estos casos, en el que supuestamente se inspira Casado para defender su iniciativa. Pero ni rastro del texto que los populares están elaborando con forma de ley o del programa electoral en esta materia.

Ayer, después de que la bola crítica siguiera creciendo, Casado optó por salir a la palestra en Valladolid. Lejos de reconocer un error al menos de gestión o de comunicación, tiró de victimismo. A su juicio todo es una fake news nacida para dañarle. Por la tarde lo remató con más polémica. «Supuestamente el PP quería intercambiar bebés por papeles… es una aberración tan escandalosa que yo creo que no se la atribuiría ni a un político del tercer mundo».

Si es difícil de digerir en las formas, el fondo también tiene lo suyo. Los populares sostienen que solo intentan aprovechar la Ley de Maternidad que pretenden impulsar si gobiernan para, entre otras cosas, garantizar a inmigrantes irregulares que si quieren entregar a un hijo en adopción no deben temer la apertura de expediente de expulsión. Nadie les preguntará su situación. Esto es, se les garantiza la confidencialidad de los datos en el proceso de adopción... algo que ya existe en España.

El PP lo admite, pero matiza que pretende darle rango de ley estatal al tema para evitar que algunas comunidades puedan saltarse ese proceder. Cuando se les pregunta en qué autonomías hay ese riesgo, no hay respuesta. Cuando se les pregunta cuántos casos de expulsadas conocen en un proceso de adopción, tampoco. Seguramente Casado es víctima de haber creado un hipotético problema donde los datos indican que realmente no lo hay.