El presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel (PP), recurrió ayer a la táctica del donde dije digo, digo Diego y envió por fax una carta al presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall, en la que le pide "disculpas si se ha sentido ofendido" por las afirmaciones que aquél efectuó el lunes y que han incendiado el cuadrilátero político. Valcárcel había declarado que él entendería que Maragall se opusiera al Plan Hidrológico Nacional (PHN) "si habláramos de vino, porque bebe muchos hectolitros al día".

El presidente murciano niega en su carta que haya llamado "borracho" a Maragall. "Mis palabras --aclara Valcárcel-- eran equivalentes a frases tan conocidas y empleadas como ´ni harto de vino´ o ´ni borracho´ se puede negar el agua del trasvase del Ebro a la cuenca del Segura por el mal uso que de ésta hacen los murcianos, como sostiene el presidente catalán" .

Por la tarde, Valcárcel convocó una rueda de prensa que calificó de "acto de humildad" porque a él, manifestó, no se le caen los anillos por pedir perdón. No obstante, dijo esperar que Maragall haga lo propio "por estar negándoles el agua a los murcianos". Pese a las excusas, el dirigente regional del PP pasa a la ofensiva en la carta y exige al president que "deje de ofender a los murcianos" con declaraciones referentes al "despilfarro" del agua en la región murciana.

Las inflamables declaraciones de Ramón Luis Valcárcel prendieron ayer una traca de réplicas con un mensaje de fondo de casi unánime repudio. Desde la sede del PSOE en Ferraz, Jesús Caldera dijo que la alusión al vino en modo alguno responde a un "lapsus", sino a "una forma de comportamiento político" que pasa por el "insulto" y la "mentira". Tanto el portavoz socialista en el Congreso como el cabeza de lista del PSC por Barcelona, José Montilla, consideraron que actitudes como la del presidente murciano exigirían la dimisión inmediata. Caldera calificó de "torquemadas e inquisidores" a ciertos ministros del PP que se erigen en "jueces supremos de los demás" y que jamás presentan la renuncia "cuando ellos cometen gravísimos errores".

En declaraciones a una emisora catalana, Montilla apostilló que el comportamiento de determinados dirigentes populares responde "no sólo al franquismo sociológico, sino también a la extrema derecha, que en Francia votaría a (Jean-Marie) Le Pen y que aquí se encuentra muy cómoda votando a José María Aznar" . Los socios del PSC en el tripartito catalán, Iniciativa y Esquerra, exigieron la dimisión de Valcárcel.

LLAMADA A LA SENSATEZ Desde CiU, Artur Mas exigió al presidente murciano respeto por la institución de la Generalitat, así como una disculpa "inmediata, rotunda y taxativa". Mas alertó de que este lenguaje "viciado y horroroso" nos conduce "al caos, a la miseria colectiva y a la confrontación permanente y estéril" .

A los líderes del PP en Cataluña les tocó ayer el poco socorrido papel de apaga fuegos. Josep Piqué tuvo que llevarse la manguera a Tele 5: "Las palabras del presidente de Murcia son tremendamente inapropiadas. El respeto institucional --agregó-- es básico al margen de las diferencias políticas. Debe pedir disculpas y rectificar sus palabras".

ERC y ICV exigieron ayer la dimisión de la ministra de Administraciones Públicas, Julia García-Valdecasas, que el lunes llamó "asesinos" a los republicanos, en lo que después calificó como un "lapsus". Joan Puigcercós confirmó que ERC presentará esta misma semana una querella por calumnias contra Valdecasas. Puigcercós consideró insuficiente su disculpa y apreció "una mayor gravedad" por el cargo que ocupa: "Del ministro de Defensa podemos esperar cualquier tipo de declaraciones cuartelarias, pero se supone que una ministra de Administraciones Públicas tiene como función velar por las relaciones entre las instituciones".

Las descalificaciones de miembros del PP al tripartito catalán no se detuvieron ayer. La ministra de Medio Ambiente, Elvira Rodríguez, aseguró en Murcia que el Ejecutivo de Maragall "no tiene reparo en hablar con asesinos y terroristas y negar derechos básicos a otros ciudadanos". Rodríguez aludía a la oposición del tripartito al PHN.

La guinda de la jornada la puso la presidenta del Congreso, Luisa Fernanda Rudi, que, en Oviedo, equiparó la propuesta del PSC de reforma del Estatuto al plan Ibarretxe .