El presidente aprovechó la cumbre de líderes progresistas mundiales para conseguir apoyos que permitan la solución del conflicto del Sáhara y mejorar las relaciones de la Unión Europea (UE) con Cuba sin dejar de reclamar el respeto a los derechos humanos.

Zapatero confirmó su plan de solicitar de la UE una nueva política hacia la isla por entender que la que impulsó su antecesor, José María Aznar, de relaciones mínimas, no ha dado resultados. Zapatero afirmó que existe "una discrepancia abierta" con la política de derechos humanos y libertades del régimen cubano, pero que "el futuro" de la población cubana no le es ajeno al Gobierno. El presidente abogó por trabajar en una "doble dirección": exigir democracia sin abandonar las relaciones de cooperación.

CONFLICTO SAHARAUI Con respecto al contencioso del Sáhara, Zapatero pidió al primer ministro surafricano, Thabo Mbeki, un papel activo, "como potencia emergente", en el conflicto y también en Guinea Ecuatorial. Zapatero entiende que el Gobierno surafricano, ahora que ha reconocido el derecho de los saharauis, debe jugar un papel en la negociación entre las partes.

El presidente obtuvo una "respuesta positiva" de su homólogo surafricano y se mostró esperanzado en lograr una solución en el marco de las Naciones Unidas.