Los presidentes del Tribunal Constitucional y del Supremo, Manuel Jiménez de Parga y Francisco Hernando, sellaron ayer con un abrazo su reconciliación en un acto celebrado en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid. Las muestras de simpatía se producen tras la tensión vivida después de que el Supremo haya condenado a 11 jueces del Constitucional por negligencia profesional.

La Universidad Rey Juan Carlos invistió ayer doctor honoris causa a Jiménez de Parga. Al acto acudió, entre otros, el presidente del Tribunal Supremo, que se fundió en un cálido abrazo con el del Constitucional tras la investidura. Previamente, ambos presidentes declararon a los periodistas que sus relaciones "han sido, son y serán buenas".

No obstante, Jiménez de Parga explicó que el Constitucional continúa estudiando "las vías posibles" para responder a la condena impuesta por el Tribunal Supremo. Fuentes de aquel tribunal indicaron que los ánimos de los condenados se van aplacando conforme pasan los días. El Supremo les condenó a pagar 500 euros cada uno a un abogado por rechazar un recurso de éste sin apenas argumentación.

Las mismas fuentes desvelaron que Jiménez de Parga es partidario de acatar la sentencia, posición que apoya un grupo de jueces, en su mayoría los procedentes de las universidades. Sin embargo, los magistrados llegados de la carrera judicial mantienen posiciones más combativas, ya que están más indignados con la decisión del Supremo.