Nuevo choque entre un Gobierno socialista y la jerarquía de Iglesia. La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, confirmó ayer que el Ejecutivo presentará una queja formal al Vaticano por una «injerencia» del nuncio de la Santa Sede en España, Renzo Fratini, en el debate sobre la exhumación de Franco. Entrevistado en Europa Press, el representante del Papa en España aseveró el domingo que el Gobierno de Pedro Sánchez pretende «resucitar» al dictador con su intención de sacar sus restos del Valle de los Caídos, un plan paralizado cautelarmante por los tribunales.

Fratini pone fin hoy a 10 años en el cargo para retirarse a Italia tras cumplir 75 años. En esta década ha tenido que mediar en problemas que afectan a la Iglesia, algunos de los cuales tendrá que retomar su sucesor, como la exhumación de Franco. «Sinceramente, hay tantos problemas en el mundo y en España. ¿Por qué resucitarlo? Yo digo que han resucitado a Franco. Dejarlo en paz era mejor, la mayoría de la gente, de los políticos, tiene esta idea porque han pasado 40 años de la muerte, ha hecho lo que ha hecho, Dios juzgará. No ayuda a vivir mejor recordar algo que ha provocado una guerra civil», lamentó el nuncio, para quien detrás de este plan subyacen «motivos políticos e ideológicos. «Está detrás una ideología de algunos que quieren de nuevo dividir a España», apostilló.

Estas palabras suscitaron una cascada de reacciones ayer, hasta el punto de que los ultraderechistas de Vox reconocieron que se trata de una «injerencia» de la Iglesia en el poder ejecutivo. Para la vicepresidenta Calvo, estas palabras son «improcedentes e inaceptables en el fondo y en la forma» porque rompen con las «reglas de comportamiento diplomáticas» de un embajador de la Santa Sede. «Estas declaraciones no me han extrañado, ya he tenido alguna conversación difícil con el Nuncio. Va a tener una respuesta contundente por parte del Estado español», advirtió la número dos del Gobierno.

Y aprovechando la polémica, Calvo apremió al presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, a que se siente a negociar la propuesta de «replanteamiento» de la fiscalidad de la Iglesia que el Ejecutivo ha trasladado al órgano eclesial.

Cs sí dio la razón al nuncio y su secretario general, José Manuel Villegas, recomendó al Gobierno que no sea «tan susceptible cuando alguien le critica» y coincidió con Fratini en que «igual de tanto darle vueltas acaban resucitando» al dictador.