En el 26º aniversario de la Constitución, cuya celebración oficial se realizará hoy en el Congreso, el PSOE pidió ayer al Partido Popular que se "serene" para abordar la reforma del texto que pretende el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y que, para que salga adelante, necesita el apoyo de los populares. Los cambios propuestos buscan garantizar la igualdad en la sucesión de la Corona, la reforma del Senado, la incorporación de los nombres de las Comunidades Autónomas y una mención a la Constitución Europea.

"FRUSTRACIONES" El portavoz del PSOE en la comisión constitucional del Congreso, Ramón Jáuregui, pidió a los partidos que "no rememoren viejas frustraciones", ya que las pretensiones partidarias "no se pueden imponer en la Constitución". Jáuregui defendió la actual Carta Magna por ser el texto legal "más estable de la historia de España".

En este sentido, Jáuregui insistió en que PSOE y PP "no están dispuestos a cuestionar el funcionamiento del Estado, que garantiza derechos iguales a todos los españoles, unidad territorial y que representa el acervo cultural e histórico de la nación española". "El PSOE no va a olvidar en ningún momento que esto no está en cuestión", apostilló.

EL AUTOGOBIERNO Sobre la reforma del Senado, el dirigente socialista avanzó que implicará una "importante profundización en el autogobierno" de las comunidades, ya que los gobiernos autonómicos tendrán "amplias funciones en el proceso legislativo en las cuestiones de caracter territorial". "Dotará a las comunidades autónomas de un inmenso poder, con una profundización en el autogobierno más importante que el de la reforma de los estatutos", señaló Jáuregui.

Pese a que considera que "aún es pronto" para detallar los aspectos concretos de la reforma --hay que esperar al informe del Consejo de Estado del año próximo--, el portavoz socialista consideró que hay que "adaptar el Senado a una Cámara de tipo federal que represente de verdad el Estado de las autonomías".

Por su parte, el diputado del Partido Popular y padre de la Constitución, Gabriel Cisneros, considera que éste es un momento "absolutamente inadecuado" para poner reformas sobre la mesa, máxime cuando éstas no cuentan con el beneplácito del principal partido de la oposición. "El Gobierno y el grupo que le apoya están utilizando sistemáticamente el argumento de ´casi todos los grupos´ para referirse a los partidos que le respaldan, pero la realidad es que el único que no lo hace representa al 43% de la Cámara y disfruta de un amplio respaldo electoral", explicó.

Por su parte, los partidos minoritarios apoyaron la reforma constitucional, pero advirtieron de que el actual clima de crispación auspiciado por el PP dificulta ese proceso. El secretario general de ERC, Joan Puigcercós, aseguró que su formación trabaja en la reforma del Estatuto catalán, ya que considera que la reforma constitucional será difícil por la actitud del PP de boicotear los avances.

"DESESTABILIZACION" La misma opinión es compartida por el líder de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, quien manifestó su esperanza en que lo populares abandonen su actual estrategia de "desestabilización" y vuelvan a la negociación. "No preveo que el PP distorsione la necesaria reforma constitucional", añadió.

Por su parte, el portavoz del PNV en la Cámara baja, Josu Erkoreka, defendió también el "consenso" de los partidos para emprender esta reforma, pero advirtió que si "hay formaciones políticas que de antemano tienen una disposición contraria a alcanzar ese consenso, éste no se va a conseguir nunca".