En términos parlamentarios, el 2014 ha comenzado igual que el 2013: con la oposición reclamando al Gobierno que rinda cuentas en el Congreso y el PP negándose a abrir la mano. Los socialistas han sido este jueves especialmente activos en la petición de comparecencias. Han reclamado la de la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, para que explique la congelación del salario mínimo; la del titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, sobre la polémica ley de seguridad ciudadana; la del de Hacienda, Cristóbal Montoro, sobre el déficit, y la del de Industria, José Manuel Soria, sobre la subida energética. Pero donde más énfasis pone el PSOE es en la reforma del aborto.

El principal partido de la oposición también ha registrado esta mañana la reclamación de que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y la titular de Sanidad, Ana Mato, acudan a la Cámara baja para explicar la reciente modificación legal sobre la interrupción del embarazo. “Se trata de un atentado contra la democracia, porque restringe los derechos y libertades de las mujeres, que representan el 50% de la población”, ha dicho la portavoz parlamentaria del PSOE, Soraya Rodríguez. También IU-ICV pide que Gallardón y Mato rindan cuentas. El diputado Gaspar Llamazares ha tachado la reforma de “inquisitorial”.

La táctica

Los socialistas intentan poner al PP contra las cuerdas en una cuestión tan sensible como esta. Ante las noticias de que algunos dirigentes conservadores -como el presidente de Extremadura, José Antonio Monago, y la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes- están en contra del muy restrictivo anteproyecto de ley, el principal partido de la oposición quiere que ese riesgo de fractura se evidencie en el hemiciclo. Por eso ha pedido un pleno extraordinario para discutir la reforma y que la votación tenga carácter secreto.

Se trata de una táctica similar a la utilizada por los socialistas durante la guerra de Irak. No surtió efecto entonces, ya que el PP votó siempre en bloque. Ahora, según fuentes conservadoras, la votación secreta tampoco provocará el descuelgue de algún diputado, aunque varios de ellos no comulguen con la reforma. Ante las ofensivas del PSOE, el PP suele unirse más.

El veto

En cualquier caso, el partido de Mariano Rajoy usará su mayoría absoluta para vetar las comparecencias sobre el aborto. El número dos del grupo popular en el Congreso, José Antonio Bermúdez de Castro, ha recordado que la norma, antes de que se discuta en la Cámara baja, tiene que pasar por los preceptivos órganos consultivos. “Tiene poca lógica que se soliciten comparecencias por un anteproyecto de ley. Lo lógico es esperar al proyecto de ley. Cuando se remita a la Cámara, será el momento de estudiar las comparecencias”, ha dicho.

Mientras tanto, el Gobierno de Extremadura ha vuelto a desmarcarse de la controvertida reforma, que al derogar el sistema de plazos y volver al de supuestos, aleja a España del resto de los países europeos. La vicepresidenta autonómica, Cristina Teniente, ha reiterado este jueves que es el “momento” de “negociar” un texto que permita dar “estabilidad” a esta materia.