El PSOE y Podemos coincidieron ayer en bajar el tono para no dinamitar la negociación de un acuerdo de investidura antes de que esta haya comenzado de verdad. Tras unos días de tensión por la resaca electoral, con Pedro Sánchez pidiendo a los morados que «reconsideren» su estrategia y Pablo Iglesias amagando con no apoyar la reelección del líder socialista, ambas partes optaron por volver a tenderse la mano.

Primero, la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, dejó como estaba la puerta que había abierto el día anterior el secretario de Organización de los socialistas, José Luis Ábalos. Sánchez, explicó Celaá en la Moncloa, está dispuesto a estudiar la entrada de independientes «designados» por Podemos en el futuro Ejecutivo. En todo caso, la coalición y la entrada de Iglesias como ministro siguen descartadas.

Poco después, en Sitges, donde participó en la reunión del Círculo de Economía, Iglesias se mostró convencido de que habrá acuerdo con el PSOE. Tras concretar ante el empresariado catalán sus condiciones para el pacto (derogación de la reforma laboral, un ingreso mínimo de 600 euros, subidas de impuestos y jornadas de 34 horas semanales, entre otras), el líder de Podemos pidió «coherencia» a los socialistas. También insistió en una coalición «estable», pero añadió que el reparto de ministerios era «lo de menos».

Los socialistas están seguros de que Iglesias no votará en contra de Sánchez, repitiendo su «error» del 2016, porque unos nuevos comicios profundizarían su desgaste. «Otras elecciones serían lamentables. Los resultados han sido lo suficientemente inequívocos como para que España no necesite otras elecciones -dijo Celaá-. Lo que se necesitan son acuerdos. En eso tenemos que tomarnos un tiempo».

Y tiempo hay. Esta vez es el PSOE quien maneja el reloj, a diferencia de otras ocasiones en las que tuvieron que buscar acuerdos con mucha más rapidez, como en la investidura frustrada de Sánchez o durante la moción de censura a Rajoy, el año pasado. Sus nuevos cálculos pasan porque la investidura, una vez despejado el horizonte autonómico y municipal, que corre más prisa, tenga lugar en julio. En principio, la ronda del Rey, paso previo al intento de Sánchez de ser reelegido, comenzará la semana que viene.