La primera sesión de la comisión investigadora del 11-M dio lugar a todo tipo de reacciones por parte de los grupos político. Para el PSOE e Izquierda Unida, de los testimonios de ayer se desprende que los indicios sobre la autoría del terrorismo islamista estaban ya claros el 11 de marzo, día de la tragedia, pese a lo cual el Gobierno de José María Aznar decidió "instalarse en la mentira" de culpar a ETA. El PP, por su parte, alegó que el anterior Ejecutivo dijo "siempre la verdad, en tiempo real".

El portavoz socialista, Alvaro Cuesta, afirmó que tras la jornada de ayer existen "indicios" para llamar a declarar a Aznar, aunque señaló a continuación que esa decisión sólo se tomaría en función del desarrollo de la investigación. "Empiezan a desprenderse algunos indicios sobre responsabilidades, omisiones o actuaciones concretas en que Aznar haya podido tener una actuación directa", manifestó Cuesta.

"CONFUSION" Vicente Martínez Pujalte, del PP, insistió en que el Gobierno de Aznar nunca mintió, y que, si en un principio abrazó la hipótesis sobre la autoría de ETA, fue porque en los primeros momentos todos los indicios apuntaban en ese sentido.

Pujalte descalificó el testimonio de Luis Garrudo, el portero de un edificio de Alcalá de Henares que alertó en la mañana del 11 de marzo sobre la existencia de una furgoneta sospechosa en esa localidad madrileña. Garrudo dijo que, al mediodía del día de la tragedia, escuchó decir a unos policías que en la furgoneta había unos detonadores y una cinta de casete. En declaraciones a los periodistas, Martínez Pujalte se mofó del portero, diciendo que adolecía de "confusión temporal" debido al "shock que le produjo el suceso".

El portavoz conservador pidió ayer mismo la comparecencia urgente del actual ministro del Interior, José Antonio Alonso, para ver si ha dado instrucciones a los agentes con el fin de que saboteen la comisión, no acudan a declarar o no aporten información.

La presencia de Luis Garrudo provocó desde un primer momento roces entre el PSOE y el PP. Al llegar el portero, Ignacio Gil-Lázaro (PP) lo saludó, diciendo: "Yo soy el vicepresidente de la comisión". Garrudo le contestó: "Ah, usted es el señor (Carlos) Martínez Sanjuán, el que habló conmigo y me dijo que me iba a enseñar el Congreso".

Las palabras del testigo alertaron al PP. El portavoz popular Vicente Martínez Pujalte le preguntó en el interrogatorio si antes de su comparecencia había hablado con algún político. "Ni directa ni indirectamente", respondió Garrudo. Y añadió: "Afortunadamente", provocando las risas de los diputados. Después, el socialista Sanjuán admitió que sí lo había llamado por teléfono "como un gesto de cortesía".

Por su parte, Gaspar Llamazares (IU) manifestó que la primera sesión de la comisión ha dejado claro que todo apuntaba al terrorismo islamista el mismo 11 de marzo: "A esa hora, el Gobierno del PP ya funcionaba con propaganda".