El PSOE propuso ayer que las comunidades autónomas figuren "con sus nombres y apellidos" en la reforma de la Constitución propuesta por el Gobierno. Según el miembro de la dirección socialista y secretario general del grupo parlamentario, Diego López Garrido, las autonomías podrán figurar en la Carta Magna con las denominaciones que se asignen en sus respectivos estatutos. Horas antes, el ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, comprometió el apoyo del Gobierno socialista para que Cataluña se inscriba como nación "si finalmente logra el consenso necesario".

Aunque la propuesta avanzada por la dirección socialista deberá ser sometida a debate interno y concitar el acuerdo de las partes afectadas, López Garrido explicó que se trata de una fórmula "pacífica" para acoger y respetar la voluntad de las propias autonomías en la futura reforma de la Carta Magna.

En referencia a la definición de Cataluña como nacionalidad histórica que propugna el presidente de la Generalitat catalana, Pasqual Maragall, el dirigente socialista manifestó: "Cada comunidad tiene derecho a sentirse cómoda y a denominarse como considere oportuno, pero ninguna pueda impedir que otras hagan lo mismo; sería el matiz que haríamos respecto a Maragall".

DENTRO DE LOS LIMITES El partido socialista tratará de impulsar los acuerdos territoriales necesarios para realizar las reformas de los estatutos sin desbordar el actual marco constitucional. López Garrido insistió en que ninguna reforma podrá afectar a los principios constitucionales de igualdad de derechos y solidaridad. Pidió al Partido Popular que se ahorre las críticas a Maragall y acepte el debate, pues "tanto Maragall como el PSC --dijo-- tienen la idea de Cataluña integrada en España y la ambición de pesar en el país y de participar en la voluntad del Estado; ya me gustaría que Ibarretxe tuviera igual posición".