La responsable de Relaciones Internacionales del PSOE, Trinidad Jiménez, expresó ayer el respeto de su partido por la reunión de carácter privado mantenida por el expresidente José María Aznar en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. La dirigente socialista subrayó que su partido no va a mantener la misma actitud que tuvo el PP al criticar algunas reuniones de Felipe González una vez que abandonó la presidencia del Ejecutivo.

No obstante, Jiménez pidió al expresidente del Gobierno que en ese tipo de reuniones se ciña al carácter privado de su actividad, porque en la actualidad no tiene ningún tipo de responsabilidad en representación de España.

Gaspar Llamazares, líder de Izquierda Unida, sin embargo, consideró la reunión un "desplante" al Gobierno y una demostración de la política "beligerante" que piensa mantener Bush con José Luis Rodríguez Zapatero.

Llamazares aseguró que, aunque se pretenda hacer creer que la reunión mantenida entre Aznar y Bush fue estrictamente de carácter privado, "es evidente que no han quedado para hablar del tiempo" y que la cita tiene "un hondo calado político". Para Llamazares, la actitud de Bush representa un mal comienzo para las relaciones con España en su segundo mandato y no parece que se pueda cumplir la pretensión de Zapatero de lograr un respeto mutuo entre los dos países.