Carles Puigdemont ha desafiado las advertencias de la Fiscalía General del Estado de que activaría de nuevo la euroorden si viajaba a Copenhague y a primera hora de este lunes ha embarcado en un vuelo de Ryanair hacia Copenhague, donde participará en una conferencia sobre la situación política en Catalunya. El 'expresident' ha llegado hacia las 06.00 horas al aeropuerto Charleroi de Bruselas acompañado por el empresario Josep Maria Matamala y ha tomado el vuelo que salía a las 06.55 hacia la capital danesa.

La fiscalía ya le anunció este domingo que solicitaría "inmediatamente" que se active la orden internacional de detención contra él si viajaba a Dinamarca. Este lunes, una vez confirme que efectivamente Puigdemont ha viajado al país nórdico, la intención de la Fiscalía era solicitar al magistrado del Tribunal Supremo que instruye la causa en su contra que reactive la orden de detención y entrega europea dictada en su día por la Audiencia Nacional para que se proceda a su arresto. El pasado 5 de diciembre, el juez Plablo Llarena decidió retirar las órdenes europeas de detención dictadas contra Puigdemont y los cuatro exconsejeros que se encuentran con él en Bruselas, pero mantuvo la advertencia de arrestarlos en cuanto entren en España.

El departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Copenhague espera a Puigdemont a las 14.00 horas para que participe en un coloquio titulado '¿Catalunya y Europa, en una encrucijada por la democracia?'. Además, el 'expresident' tiene previsto reunirse en el Parlamento danés con varios diputados, según ha anunciado uno de los impulsores del encuentro, miembro de una formación independentista de las Islas Feroe. Los que han dicho que no asistirán son los representantes de los partidos que gobiernan en coalición el país, informa Efe.

RIESGO DE ARRESTO ALTO

El abogado de Puigdemont, Jaume Alonso-Cuevillas, sostuvo este domingo en una entrevista que "si el Estado español tiene la euroorden preparadísima, el riesgo de detención es bastante alto". Horas después, como si quisiera no contradecirle, la Fiscalía, que en un principio quería esperar a conocer "las circunstancias concretas" del viaje para pronunciarse, anunció en un comunicado que si se confirma el viaje, su "intención" es "actuar inmediatamente solicitando al magistrado instructor del Tribunal Supremo que proceda a la activación de la euroorden de detención y entrega para solicitar a la autoridad judicial danesa la detención del investigado", una línea en la que también se había manifestado el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido.

Puigdemont es un huido que ha desoído las citaciones judicales y que ya solo permaneciendo en Bélgica se entiende que "persiste en su plan delictivo y sigue desarrollando acciones tendentes a su consumación", se vio obligado a precisar el ministerio público este sábado para negar que esté protegido con una inmunidad parlamentaria, equivalente a la impunidad, que impida su arresto y envío a prisión. Esa es la situación en la que se encuentran en la misma causa quien era su vicepresidente, Oriol Junqueras, su 'exconseller de Interior', Joaquim Forn, y el número dos en las listas que Junts per Catalunya que él encabezaba, Jordi Sànchez. También lo está el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, pero él no es diputado.

DE VUELTA A BRUSELAS

Dar curso a la petición fiscal o no es una decisión que corresponde al juez del Supremo Pablo Llarena. Pero de poco serviría reactivar la orden europea de detención y entrega, si para cuando esté cursada, Puigdemont ya hubiera regresado a Bruselas. Llarena anuló las euroórdenes libradas cuando asumió la causa por rebelión, sedición y malversación en la que el 'expresident' y el resto del que fue su Govern están imputados. El magistrado pretendía evitar así que tanto él como los cuatro 'exconsellers' huidos se vieran beneficiados respecto a los imputados que si acudieron al llamamiento de los jueces españoles, en el caso de que la justicia belga vetara la entrega por alguno de los delitos investigados. Solo quedaron en vigor las órdenes nacionales de detención, por las que cualquiera de los cinco será arrestado en cuando ponga un pie en España para ser conducido al Tribunal Supremo.

De ahí que fuentes jurídicas vean difícil la posibilidad de que el Tribunal Supremo acepte reactivar las euroórdenes, pese a que lo solicite el ministerio público. Sostienen que hacerlo, una vez retirada la que en su día había cursado la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela, sería perjudicial no solo para la imagen de España, sino también para la de Bélgica y la de la propia Unión Europea.

Además, las euroórdenes pueden ser cursadas en cualquier momento de la instrucción, sin necesidad de que Puigdemont vuelva a abandonar Bruselas, por lo que no sería descabellado que el juez Llarena volviera a activarlas con la instrucción más avanzada o, incluso, una vez ya juzgados los más de 20 imputados que sí están a disposición de la justicia española.