Unidad de criterio. Esto es lo que busca el PDECat respecto a una decisión clave: vetar o no de entrada en el Congreso el proyecto de Presupuestos del Estado que acaba de aprobar el Gobierno de Pedro Sánchez. Tras una semana totalmente cacofónica, con mensajes contradictorios entre el presidente del PDECat, la portavoz del Govern, el portavoz económico del grupo parlamentario, el president Quim Torra y el expresident Carles Puigdemont -pasando por lo dicho por ERC y por impulsores de la Crida-, hoy la cúpula posconvergente se cita en Waterloo con Puigdemont para buscar, según admiten fuentes de la dirección, un mensaje unitario en este embrollo. Torra, desde Estados Unidos, ha insistido en las últimas horas en el no a las cuentas en la votación final, criterio que sí une por ahora a todo el partido.

No será fácil el acuerdo porque, según se admite, la actual dirección está fracturada en esta y otras cuestiones entre los seguidores de Puigdemont y de una línea más abiertamente combativa contra el Estado -y por tanto partidarios de la integración total en la Crida que impulsa el expresident- y quienes defienden una estrategia gradualista y negociadora con el Gobierno.

El conflicto interno hace que alguno de los críticos con la vicepresidenta del partido, Míriam Nogueras, haya decidido no ir a Waterloo. Otros ironizan con la idea de que la reunión servirá para ir a «obedecer órdenes» y acusan a Nogueras de no respetar la mayoría expresada internamente.

Y esta es la clave: el convulso congreso del PDECat del pasado julio se saldó en el último minuto con un pacto entre sectores. Venció Puigdemont apartando a Marta Pascal, pero mantuvo en la ejecutiva a parte de los dirigentes de la etapa anterior. Ahora Nogueras convive como vicepresidenta con una mayoría crítica con ella.

En una entrevista a Associated Press, Torra reiteró su negativa a apoyar los Presupuestos a no ser que el Gobierno socialista acepte un referéndum de autodeterminación.