Aragón, por su composición sociológica y demográfica, podría ser en las elecciones generales españoles como Ohio en EEUU, una representación de la tendencia electoral en toda España, según señalan en el ensayo "Aragón es nuestro Ohio" el equipo de politólogos Piedras de Papel.

El título "Aragón es nuestro Ohio" (Malpaso), que ya ha agotado su primera edición, alude a la idiosincrasia de Aragón en el panorama nacional: "en todas las elecciones hasta la fecha, quien gana Aragón, gana España (igual que ocurre en los Estados Unidos con Ohio), y ahora estamos en un momento político apasionante, en mitad de un cataclismo electoral que está poniendo patas arriba el sistema de partidos que se consolidó durante la Transición", señalan.

La génesis del libro partió de la iniciativa de un grupo de politólogos que se conocían desde el doctorado y su objetivo era, explica a Efe José Fernández-Albertos, "traducir el comportamiento electoral, política, sociología electoral, y recoger algunas de las reflexiones vertidas en el blog de Piedras de Papel desde hacía tres años".

El actual contexto electoral, añade Fernández, era idóneo para "ordenar en un volumen las cosas que sabemos sobre el comportamiento electoral en España·".

A lo largo de 25 capítulos plantean los autores otras tantas preguntas contundentes como si las mujeres votan diferente, quiénes son los abstencionistas, qué preferencias políticas tienen los electorados de izquierda y de derechas".

Según Fernández-Albertos, en el perfil de los votantes se detecta una "mayor volatilidad", hasta el punto de que "en algunas comunidades autónomas hay un 40% votantes que tomaron la decisión del voto en los últimos comicios en la última semana".

El título del libro parte de una coincidencia: hasta ahora, el partido que ha ganado en España ganaba en Aragón, fuera UCD, el PSOE o el PP "y esto sucede porque en las tres provincias aragonesas se manifiesta muy bien el eje de conflicto clásico izquierda/derecha y además incluye el conflicto territorial (PAR y Chunta), no tan agudo como en Cataluña, pero más relevante que en Murcia o Madrid, además de combinar el votante urbano y el rural".

"Con vistas a las próximas elecciones tenemos la duda de si el votante aragonés se comportará igual. Pablo Echenique decía que sus buenos resultados en las pasadas autonómicas anticipaban la victoria de Podemos en diciembre", reconoce Fernández.

La dificultad predictiva viene dada, en opinión de los autores, por el hecho de que "las coaliciones naturales podrían quedarse cortas para obtener un mayoría absoluta".

Otro factor añade incertidumbre, apunta Sebastián Lavezzolo: "normalmente, los candidatos no importan mucho, pero sí son vitales para los partidos no institucionalizados, y también para los votantes indecisos".

El hecho de que en esta ocasión haya una cantidad de indecisos mayor que en elecciones anteriores determina, según Lavezzolo, que "Pablo Iglesias y Albert Rivera jugarán un papel muy activo".

A día de hoy, los politólogos de Piedras de Papel, perciben que "Ciudadanos ha sabido vender los logros de Podemos y al mismo tiempo vender tranquilidad, estabilidad, mientras que en Podemos no hay una referencia clara de cómo sería un gobierno suyo".

Lavezzolo opina que Luis Garicano, principal responsable de la receta económica de Ciudadanos, es "la punta del iceberb de la tecnocracia, que desideologiza la discusión política, y vende eficiencia a partir de los recursos disponibles".

Los autores tienden a minimizar el impacto del sistema electoral español en el resultado final, si bien reconocen que "nuestro sistema electoral sobrerrepresenta a las zonas rurales, por el hecho de que las provincias menos pobladas tienen más representantes por habitante, y que como son distritos más pequeños quien gana en esos distritos se lleva más diputados de los que le corresponderían".

Para Lavezzolo, la Ley D'Hondt no es la culpable, el problema no no está en la fórmula en que se traducen votos a escaños, sino en la magnitud de los distritos, lo que dificultad a un partido pequeño conseguir un escaño, y el sistema mayoritario se traduce, en la práctica, en bipartidismo".

Una posible corrección, apuntan, podría pasar por aumentar los distritos y que correspondieran a las comunidades autónomas.

Sin embargo, anota Fernández-Albertos, la tendencia que apuntan tanto las encuestas como las recientes elecciones, que dibujan el fin del bipartidismo, tendrá una consecuencia no tan mala: "obligará a los partidos a gobiernos de coalición".

Recuerda Fernández-Albertos que "no es normal que España sea el único país de la zona euro que no ha tenido un gobierno de coalición, y además está demostrado que los gobiernos de coalición son más estables que los gobiernos en solitario. Por tanto, más Borgen y menos Juego de Tronos", resume.