España y Marruecos vivieron hace dos años una de sus peores crisis. Una docena de militares pertenecientes a la Gendarmería Real marroquí ocuparon el 12 de julio del 2002 Perejil, un islote deshabitado situado a 11 millas de Ceuta y a media de Marruecos que se convirtió en un foco de máxima tensión entre Rabat y Madrid. Sólo seis días después, y ante la convicción de que no era posible una resolución diplomática, el Gobierno de José María Aznar ordenó la recuperación militar del islote.

El día 17, "al alba y con tiempo duro de levante", como precisó con gesto grave el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, 28 boinas verdes en tres helicópteros participaron en la operación de comandos Romeo Sierra --cuyas iniciales camuflaban el nombre en clave Recuperación de Soberanía-- y se hicieron con el promontorio rocoso, de apenas 1,8 kilómetros de perímetro. Los españoles acompañaron a los seis soldados marroquís que custodiaban Perejil hasta Ceuta, de donde pasaron a Marruecos. No se disparó un solo tiro.El día 21, España retiró del islote a todos sus militares tras cerciorarse, con el aval de EEUU, de que Marruecos respetaría el statu quo

previo a la ocupación.