El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a insistir este miércoles en que el referéndum independentista anunciado para el 1 de octubre no se va a celebrar. El jefe del Ejecutivo ha atendido brevemente a los medios de comunicación en los pasillos del Congreso y ha respondido a una periodista que le ha preguntado sobre la "subida de tono" de los políticos catalanes y qué va a hacer el Gobierno para evitar que se celebre la consulta. "Las declaraciones suben de tono, pero no por parte del Gobierno de España, que está muy tranquilo y que ya ha dicho que de ninguna de las maneras va a autorizar el referéndum porque es contrario a la ley (...) Le digo a todos: 'Estense tranquilos, el Gobierno sabe lo que tiene que hacer y no va a contribuir a esa subida de tono que están haciendo algunos".

El Gobierno no da pistas de cómo va a evitar que se celebre el referéndum si las autoridades catalanas siguen adelante con sus planes y desoyen las advertencias que le llegarán del Tribunal Constitucional. El Ejecutivo central está esperando a que el Parlament apruebe la ley del referéndum para impugnarla. El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, dijo el martes que confía en que no sea necesario que haya que intervenir los Mossos para evitar el reférendum. "Es un extremo al que no se tendría que llegar".

Fuentes de la Moncloa lamentan que los independentistas estén aumentando la presión sobre los partidos e instituciones que se han mostrado neutrales ante el 'procés'. De hecho, señalaron directamente a la alcaldesa de BCN, Ada Colau, y a los comunes como uno de sus objetivos.

Pese a que Rajoy achaca la "subida de tono" a los secesionistas, la vicepresidenta y encargada de la 'carpeta catalana', Soraya Sáenz de Santamaría, cada vez que tiene oportunidad critica la hoja de ruta de la Generalitat. Si el martes, en una intervención ante el grupo parlamentario popular, cargó contra los independentistas por sus "presiones" a los funcionarios, este miércoles, durante una interpelación de UPN sobre la exhibición de la ikurriña en Pamplona durante las fiestas de San Fermín, ha aprovechado para deslizar críticas contra los políticos nacionalistas, que en su opinión gobiernan para las "minorías". "La primera obligación de un gobernante es respetar a todos y no poner las instituciones al servicios de unos cuantos que los jalean", ha señalado.