Mariano Rajoy volvió a incidir hace dos semanas, tras el triunfo de Ciudadanos en Catalunya, que el problema principal del PP y su Gobierno es que falla la comunicación. Desde entonces se ha visto un ligero repunte de la participación de los ministros y de él mismo en actos públicos. Esta semana el jefe del Ejecutivo se ha colocado varias actividades con cobertura informativa en su agenda, pero no ha empezado bien. El jefe del Ejecutivo se ha ido esta mañana a inaugurar el tramo del corredor mediterráneo entre Valencia y Castellón y el tren ha sufrido un retraso de 20 minutos por una avería en las vías. El colmo para los más críticos con una infraestructura que se estrena sin las condiciones que se prometió: no es AVE ni lo será hasta el 2022 y mientras tanto los convoyes deberán transitar por las mismas vías con los de cercanías, mercancías y los de velocidad media.

En el acto que le tenían preparado en Castellón a su llegada, Rajoy ha pronunciado un breve discurso de 16 minutos en los que ha evitado hablar claramente del tema del día: una vez más Carles Puigdemont. El viaje del expresident a Copenhague y su elección como candidato a la Generalitat no han motivado ninguna declaración directa del jefe del Ejecutivo. Solo algunas frases que se pueden relacionar con su defensa de la unidad de España adaptadas al día ferroviario. "A los españoles nos va bien cuando viajamos juntos en el mismo tren y nos va mejor porque llegamos más lejos y con este nuevo AVE, además, reducimos distancias", ha declarado como primera frase de su discurso. Y ha acabado con una reflexión sobre "los grandes proyectos integradores" de infraestructuras, que "no son de derechas ni de izquierdas ni medio-pensionistas", ha afirmado, pero que son los que "han hecho próspera a España".

A las 14.15 Rajoy tiene previsto volver a subirse al tren que le devolverá a Madrid.