Mariano Rajoy ya está en Washington para verse con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Según alguno de los colaboradores del jefe del Ejecutivo español, este es el viaje más ambicioso de la legislatura. No solo por la relevancia política que tiene una visita y una fotografía en la Casa Blanca junto a uno de los hombres más poderosos del mundo, sino por el aval público que el Gobierno de Rajoy y los empresarios que le acompañan esperan que Obama dé a la incipiente recuperación de la economía española, con las consecuencias que eso pueda tener en futuras inversiones y oportunidades de negocio en Norteamérica. En definitiva, Rajoy ha cruzado el Atlántico --sin su esposa, que no le acompaña en esta ocasión-- para realizar su primera visita "oficial" a Estados Unidos, de donde espera traerse un 'España va bien' del presidente estadounidense que cotice al alza ante la opinión pública internacional.

El encuentro entre ambos mandatarios, que tendrá lugar en el Despacho Oval de la Casa Blanca, está previsto para las 14.15 horas de hoy (las 20.15 hora española) y durará 60 minutos. A su término, Obama y Rajoy protagonizarán una breve comparecencia ante los medios para dar cuenta de lo tratado en su conversación que, a tenor de lo acordado, debe girar en torno a la coyuntura económica de ambos países, las relaciones bilaterales y cooperación y el tratado de libre comercio pendiente entre EEUU y la UE.

EL ESPIONAJE

Este último tratado ha pasado por momentos inciertos tras conocerse, gracias a los datos filtrados por Edward Snowden, que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos espió millones de llamadas en todo el continente europeo. La UE, durante los últimos meses, ha exigido explicaciones al respecto a la Administración Obama y algunos países han pedido que se bloquee el acuerdo de libre comercio que se está negociando con Washington a modo de represalia. Pero no parece que la vieja Europa se vaya a atrever a tanto, ni siquiera porque se haya espiado el móvil de la influyente Angela Merkel.

En el caso de España --donde hubo también intercepción de datos móviles por parte de la NSA--, el Gobierno llegó a llamar a consultas en octubre al embajador estadounidense en Madrid, James Costos, que se comprometió a trasladar la preocupación de las autoridades españolas a la Casa Blanca. Pero, según fuentes de la Moncloa, no está previsto que hoy Rajoy se queje personalmente por esta cuestión ante Obama, ni en su nombre ni el de sus homólogos de la Unión. Y es que no parece que el presidente español esté interesado en sacar a colación temas delicados en una cita que sus colaboradores llevan buscando con ahínco desde hace 24 meses y que incluso el propio Rajoy ha tratado de propiciar en los cuatro encuentros tan informales como breves que, en lo que va de legislatura, ha mantenido con Obama: en la cumbre de Seguridad Nuclear de Seúl en el 2012; en la de la OTAN en Chicago; en el cónclave del G-20 en San Petesgurbo en el 2013 o, más recientemente, en el funeral de Nelson Mandela en Johannesburgo, donde ambos mandatarios llegaron a coincidir unos minutos en el gimnasio del hotel en el que se hospedaban y pactaron que su encuentro sería inminente. Dos días después, en la Moncloa se recibió una llamada para cerrar la reunión.

EL ARMAMENTO SIRIO

Así las cosas, el equipo de Rajoy tampoco cuenta con atender al requerimiento que le ha hecho Amnistía Internacional para que pregunte por los presos de Guantánamo. ¿Y el tema de Siria? De eso sí es probable que hablen Obama y Rajoy, ya que su agenda cuenta con un apartado sobre la situación en el norte de África y el Mediterráneo. Lo que quedará ya a voluntad de Obama es reiterar o no a Rajoy su demanda de cooperación para poder sacar todas las armas químicas de suelo sirio, como ya pidió Estados Unidos a España y otros países hace un par de meses, según confirman fuentes diplomáticas. Entonces, el Ejecutivo norteamericano estaba interesado en encontrar un buque que sacara de Siria buena parte de las armas del régimen de Al Asad y un puerto de un país mediterráneo (se pensó en Tarragona o Rota) donde llevarlas para trasvasarlas desde allí a un barco estadounidense que las neutralizaría en alta mar. Las citadas fuentes diplomáticas matizan que no se solicitó entonces almacenaje de esos residuos a las autoridades españolas, sino un puerto para facilitar la operación. Italia ofreció uno suyo y el asunto quedó resuelto en parte.

Todavía hay que sacar más armas de Siria, neutralizarlas y deshacerse de sus restos, por lo que no se puede descartar que Obama pueda volver a pedir hoy a Rajoy ayuda para hacerlo, bien con un puerto o bien con dinero. En todo caso, hay una empresa de Tarragona, Grecat, que tiene opciones de ser una de las elegidas por la Organismo para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) para participar en el proceso de destrucción del arsenal de Al Asad.