Mariano Rajoy lanzó ayer un envite con trampa al presidente del Gobierno: un debate en la televisión pública sobre la Constitución europea junto a sus socios de IU y Esquerra Republicana, que han anunciado rechazo al tratado. Con esta iniciativa, el líder del PP trata de poner en evidencia la fragilidad del Ejecutivo socialista al no poder contar con sus socios ni en cuestiones alejadas de la política interna.

Durante la clausura del congreso del PP de Madrid, Rajoy convirtió la política exterior y las selecciones autonómicas en los dardos más afilados de sus críticas al Gobierno. "Le pido", dijo dirigiéndose a José Luis Rodríguez Zapatero, "que organice debates en los medios de comunicación públicos aunque tenga que sentarse con sus socios Gaspar Llamazares y Josep Lluís Carod-Rovira, que dicen no" a la Euroconstitución.La decisión de la Federación Internacional de Patinaje de no admitir a la selección catalana de hockey fue arma arrojadiza. Para Rajoy, es "sorprendente" que el Ejecutivo haya negado presiones. "Pero cómo se disculpan si su obligación era presionar para que no se cometiera un disparate", exclamó. M. JANSA