Mariano Rajoy se mostró ayer tan dispuesto al diálogo como reacio a abordar cualquier reforma del marco legal que vaya más allá de la adaptación de la Constitución a la Carta Magna europea. Durante su intervención en la 250 edición del foro de debate Tribuna Barcelona, el líder del PP expresó su convicción de que José Luis Rodríguez Zapatero está alargando el debate para ganar tiempo y no tener que abordar un proceso que no sabe cómo cerrar. "Si puede, y le dejan, no hará nada", opinó.

Rajoy pronunció una conferencia titulada España: pluralidad y coherencia . De entrada, dejó claro que para él sólo hay una nación, España, y un modelo territorial, el autonómico. Defendió esta tesis aduciendo que así lo acordaron los redactores de la Constitución en 1978.

El líder conservador, que preparó la conferencia con el presidente del PP catalán, Josep Piqué, para que su discurso no chirriara con el del exministro, opinó que Zapatero no debía reabrir el debate sobre la reforma del marco legal sin saber antes si será capaz de cerrarlo con éxito. A su juicio, el presidente no tiene una idea clara sobre cómo afrontar el proceso. "No creo que decir esto sea faltar al buen talante", ironizó.

LAS REGLAS DEL JUEGO Rajoy no se movió de este guión durante toda su intervención. En su opinión, Zapatero no está por la labor de cambiar la Constitución y los estatutos pero, a diferencia de Felipe González y José María Aznar cuando gobernaron en minoría con el apoyo de CiU, ha asumido el poder sin haber pactado antes un programa con sus aliados.

"Hay que fijar las reglas del juego, si no, cada día hay un pequeño lío", sentenció en referencia al conflicto del valenciano y el catalán, que provocó una reunión entre Zapatero y el líder de ERC, Josep Lluís Carod-Rovira, en la que el dirigente independentista amenazó con no aprobar los presupuestos del 2005. Rajoy advirtió de que estas situaciones "generan desconfianza" en la población y también en los agentes económicos.

Respecto a la financiación autonómica, el líder de los populares españoles recordó que el acuerdo alcanzado en el 2001 contó con el apoyo de todas las comunidades. "Todos acordaron un modelo para siempre, para toda la vida", reiteró. No obstante, se mostró dispuesto a negociar un nuevo sistema que "sirva para todos". Es decir, que rija para las 15 comunidades no forales y no establezca distinciones.

LA POLITICA INTERNACIONAL "La política exterior del Gobierno es una catástrofe". Así de contundente fue el líder del PP, que insistió en pedir la dimisión del ministro Miguel Angel Moratinos por haber acusado al Gobierno de Aznar de haber apoyado el golpe de Estado contra el presidente de Venezuela. A juicio de Rajoy, este episodio viene a añadirse a los desaciertos de Zapatero en este terreno. "Estamos perdiendo muchísimo crédito en el mundo".

Sobre las críticas del PSOE al papel que juega José María Aznar en la escena internacional, Rajoy ironizó: "Tendrá derecho a hablar, y si no, que haya una ley que diga que los expresidentes tienen prohibido hablar". En su opinión, es el Gobierno el que no sabe utilizar los contactos del expresidente.