El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha defendido esta mañana en el Congreso el legado del rey Juan Carlos y ha defendido el apoyo del PP a la ley de abdicación, como "un síntoma de estabilidad y de madurez democrática". Rajoy ha insistido en que la aprobación de esta norma, que se hará por un procedimiento exprés, debe resolverse con la "naturalidad" que supone cumplir lo que mandata la Constitución.

El Congreso de los Diputados ha iniciado pasadas las 9.20 este debate en el que tomarán la palabra todos los grupos parlamentarios. El presidente de la Cámara baja, Jesús Posada, ha insistido en que hoy solo se debate "jurídicamente" la norma y no el modelo de Estado, una idea que ha repetido también Rajoy en su intervención, de poco más de 20 minutos.

El jefe del Ejecutivo ha argumentado el papel de un Gobierno en una monarquía parlamentaria y ha glosado la figura del Monarca tras 39 años de reinado. Rajoy ha dicho que fue el "hábil piloto" de una transición "llena de riesgos" y un "decidido defensor" de la democracia ante el golpe de Estado del 23-F. "Juan Carlos ha cumplido en cada momento, los distintos papeles que la peripecia nacional requería, con prudencia, con templanza y con firmeza. Se propuso ser el Rey de todos y lo logró".

El presidente ha recordado las funciones constitucionales atribuidas al Rey ("simbolizar la unidad y permanencia del país" y "arbitrar y moderar las instituciones", entre otras), unas tareas que requieren, ha apuntado, "grandes dosis de responsabilidad", "serenidad" y "madurez". Todas estas "cualidades", ha añadido Rajoy, concurren en el Príncipe de Asturias, futuro Felipe VI. También ha tenido para él unas palabras y ha destacado los más de cuatro lustros que lleva conociendo de primera mano la diversidad de España. "Felipe valora inmensamente ese patrimonio de diversidad y entiende la importancia de su contribución a la unidad de todos, en una comunidad social y política que quiere mirar hacia delante, sin perder de vista lo mejor de lo que quedó atrás", ha declarado.