El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha dedicado la primera parte de su discurso en el debate del estado de la nación a sacar pecho en torno a los "resultados" que ya comienzan a dar sus reformas.

Tras recordar al último soldado fallecido en el Líbano para así rendir un reconocimiento a los 138.000 soldados que han participado en misiones en el extrajero para defender la seguridad de España, se ha lanzado a hacer un repaso de las medidas puestas en marcha en materia económica.

El presidente ha comenzado esta parte de su discurso con la siguiente sentencia: "España cerca del abismo". "No se alarmen, señorías", ha continuado, porque no se trata de un "titular del presidente del Gobierno, sino de un periódico hace dos años". Con este golpe de efecto, el jefe del Ejecutivo ha querido trasladar a la cámara el "cambio de tendencia" que ha expermientado España desde que él llegó a la Moncloa, cuando todos los analistas venían al país abocado al "rescate o al caos" y ahora que todos los medios reflejan los "signos de esperanza" y que España, según el presidente, ha pasado de la "amenaza a la esperanza".

El jefe del Ejecutivo ha señalado que, con este discurso, no reivindica que se reconozca el "logro" de su Gobierno, sino que el cambio ha sido posible gracias al "esfuerzo de los españoles". "Sin triunfalismo y autocomplacencia, perseverar en el camino". Sin embargo, a renglón seguido, ha ido desgranando las medidas aprobandas señalando que el Ejecutivo "midió con precisión los desequilibrios" y llamó a las cosas "por su nombre", "sin disimulos" y "sin paliativos", de forma que España ya empieza a salir de la crisis. "Sacamos a relucir la verdad y lo hemos corregido", ha sentenciado.

"Las reformas han dado resultados reales. No hablamos de previsiones, sino de resultados", ha continuado. Y una de sus frases más aplaudidas ha sido que hoy hay "menos parados que hace un año".