Mariano Rajoy ha pedido a un arquitecto amigo que es especialista en restauraciones la rehabilitación del PP de Madrid. Tal cual. El presidente del PP se va a apoyar en un fiel compañero de partido, con el que trabajó codo con codo en el diseño de las campañas de José María Aznar, para poner orden entre los conservadores madrileños antes de las elecciones autonómicas y municipales del 2019. Se trata de Pío García-Escudero (Madrid, 1952), presidente del Senado desde que Rajoy llegó a la Moncloa, hace siete años.

El líder del PP interviene Madrid para acabar con 15 años de dosieres y espías que explosionaron el 25 de abril con un vídeo en el que supuestamente se probaba que Cristina Cifuentes robó en un hipermercado. A García-Escudero, Madrid no le viene de nuevas. Ya ocupó ese cargo entre 1993 y 2004, temporada en la que mantuvo a raya a las diferentes familias y el partido vivió una bicefalia tranquila con Alberto Ruiz Gallardón en la Comunidad. Es respetado y querido entre los altos cargos y los militantes, características necesarias cuando los conservadores están en shock. Tras participar como arquitecto en los equipos que restauraron las Murallas de Ávila y la Puerta de Alcalá en los 80 y los 90, García-Escudero deberá decidir si consigue también remozar el PP de Madrid con una intervención mínima o se inclina por la demolición.

En el Ejecutivo regional, Rajoy ha apostado por la continuidad y ha dejado a Ángel Garrido (Madrid, 1964), número dos de Cifuentes y presidente en funciones. Garrido ha llevado también estos días el partido, pero el político gallego ha decidido quitarle ese cargo para que Génova, a través de García-Escudero y el fontanero Juan Carlos Vera, como secretario general, sea la responsable de las listas para las municipales y autonómicas.

Rajoy no ha impuesto una gestora, pero el sistema se le parece mucho: el artículo 40.e de los estatutos del PP otorgan al comité ejecutivo nacional la posibilidad de hacer y deshacer en los territorios «a través de las personas que designe». Y, en este caso, Rajoy ha decidido que esas dos personas sean García-Escudero y Vera, que serán elegidos oficialmente el día 15.

«En este caso cambia la dirección, pero se mantienen los órganos del partido. El presidente y el secretario general nombrarán nuevos vicesecretarios o no, ya se verá», declaró Fernando Martínez Maillo, coordinador general. El congreso se celebrará tras las elecciones. La idea es que en ese equipo desembarquen personas con recorrido.

Es probable, según fuentes del PP, que entre Pablo Casado, aspirante a la alcaldía en todas las quinielas. Fuentes de los populares confían en que Cifuentes dé un paso atrás y decida dejar también el acta de diputada antes de la investidura, en torno al día 17.

APOYO DE CIUDADANOS

El Dos de Mayo, Garrido declaró que fue «leal» a Cifuentes (la defendió tras el máster fantasma), pero que eso no le inhabilitaba para ser fiel a otros dirigentes (como lo fue de Esperanza Aguirre). Tras saberse su continuidad, dijo de García-Escudero: «Es perfecto para la nueva etapa».

Ciudadanos, cuyos votos son necesarios para la investidura, confirmó su apoyo al presidente en funciones porque, «que se sepa», no está involucrado en ninguna trama. En cambio, PSOE y Podemos ven en Garrido el continuismo del peor PP.