Ha iniciado Mariano Rajoy su discurso diciendo que iría "al grano" y así ha sido. Más que nunca. No solo ha repetido en tres ocasiones que mientras sea presidente del Gobierno "no se celebrará el referendo que algunos pretenden ni se fragmentará España". En la clausura de la convención que el PPC celebra en Barcelona, el jefe del Ejecutivo central también ha dado un carpetazo a cualquier negociación sobre la consulta con una afirmación lapidaria: "Que no se me busque en el campo de la ilegalidad ni se me pida dialogar sobre lo que no es mío y por tanto no puedo dar porque pertenece a todos los españoles".

En respuesta a quienes defienden la legitimidad de la consulta, Rajoy ha respondido que "no bastan las urnas para que un acto sea democrático, falta el respeto a la ley (...), porque la esencia de la democracia es que todos deben someterse a las normas". En este sentido, ha retado a los soberanistas a intentar modificar la Constitución si quieren convocar el plebiscito. Para él, la Carta Magna ha aportado ingentes beneficios y mejoras para Catalunya, tanto en capacidad de autogobierno como en desarrollo de su lengua y su cultura.

Arropado por un millar de militantes, por la líder del PPC, Alicia Sánchez-Camacho, por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y por los ministros Jorge Fernández Díaz, Cristóbal Montoro y José Manuel Soria, Rajoy ha acusado a los soberanistas de poner en riesgo la estabilidad de España y de Catalunya ahora que, según él, se está saliendo de la crisis. Además, ante las voces que le reclaman que tome represalias con la Generalitat, el presidente del Ejecutivo central ha asegurado que no quiere "cortar el grifo" a la Administración catalana porque quienes pagarían las consecuencias "quienes menos culpa tienen, que son las gentes de esta tierra, tan españolas como las demás". Ahora bien, al 'president' Artur Mas ha venido a decirle que se atenga al Estado de derecho si se le ocurre convocar finalmente una consulta "para la que ya tienen fijada hasta la respuesta".

Como el resto de dirigentes populares que han participado en la convención, Rajoy ha subrayado el aislamiento internacional de una Catalunya independiente, que se quedaría fuera de la UE "sine die", y ha acusado a los nacionalistas de pedir diálogo pero silenciar a la vez a quienes son contrarios a la separación de España.