A sólo un día del cierre de campaña de las elecciones europeas, Mariano Rajoy desempolvó ayer el nombre de José María Aznar para animar a las huestes populares. En un mitin en Vigo ante unos 7.000 simpatizantes, el secretario general del PP mencionó dos veces al anterior presidente del Gobierno, por su papel en la UE y por su apoyo a Galicia tras la catástrofe del petrolero Prestige .

Empeñado en convertir la campaña en una reafirmación de su liderazgo en el partido, Rajoy ha exhibido hasta ahora un distanciamiento calculado respecto a Aznar. Al pedir el voto, ha esgrimido los logros del "Gobierno del PP" en los últimos ocho años. El expresidente ha permanecido al margen de la campaña, cediendo todo el protagonismo a su sucesor en el PP. No está previsto siquiera que Aznar acuda hoy al cierre de campaña, si bien no se descarta que dé la sorpresa.

RESPALDO A ZAPATERO Ayer, Rajoy elogió a Aznar por el poder de voto que consiguió para España en la cumbre europea de Niza y ofreció su apoyo a José Luis Rodríguez Zapatero si mantiene ese peso en la cumbre europea de Bruselas del 17 y 18 de junio. También recordó que el Plan Galicia fue una "prioridad" para el anterior jefe del Ejecutivo, aunque en este caso también citó como promotores de aquel paquete de ayudas al presidente gallego, Manuel Fraga, y a "este modesto diputado", el alusión a sí mismo.

Entre vítores de "¡presidente, presidente!", Rajoy pidió la movilización de los votantes del PP. El líder conservador arremetió contra el Gobierno socialista justo con los dos grandes casos que el PSOE utilizó como arma de desgaste contra el Ejecutivo del PP: la guerra de Irak y el hundimiento del Prestige en Galicia.

En cuanto a Irak, Rajoy volvió a la carga con la nueva resolución de la ONU, argumentando que echaba por tierra el principal argumento esgrimido por Zapatero para retirar las tropas españolas del país árabe.

Tanto Rajoy como el candidato del PP al Parlamento Europeo, Jaime Mayor Oreja, exhibieron en sus discursos un tono triunfalista.