El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha clausurado la convención que los populares han celebrado en Valladolid con un discurso centrado básicamente en inyectar optimismo en su propio partido y, de paso, en la sociedad española por haber dejado atrás el riesgo del rescate y haber abordado reformas que, a su juicio, han colocado a España "en la buena dirección", como reza el lema de esta cumbre. En este contexto y en contra de lo que suele ser habitual en él, se dirigió directamente y en estilo directo al socialista Alfredo Pérez Rubalcaba para recriminarle que niegue la salida de la recesión sembrando el desánimo en los ciudadanos. "O te callas o reconoces a le reconoces el mérito a la gente", espetó.

"No me preocupan las críticas, ¡apañado estaría!. Tampoco me sorprenden las que se omiten de oficio y por costumbre, pero todo tiene un límite razonable. ¿Cómo es posible que a la vista de lo que está sucediendo venga alguien y diga que aquí no se ha hecho nada?; ¿y cómo puede decirlo quien lo dice? ¿sabéis quién? El que fue vicepresidente de un Gobierno que llevó a España a la ruina. ¡Ese lo dice!", enfatizó.

Esclavo de las consignas

Ante un auditorio en el que estaba presente casi todo su Gobierno, sus presidentes autonómicos y miles de cargos populares, Rajoy se preguntó en voz alta si Rubalcaba es "tan esclavo de sus propias consignas" como para ir negando los datos económicos que ahora llegan y asegurar ante los españoles que "lo peor está por llegar". "¿Tan poco le preocupa esto como para sembrar lo que menos necesita ahora España, que es el desánimo y la incertidumbre?. No me preocupa que me critique, pero sí me molesta que siembre desanimo y no respete el agobio que tienen los españoles sin haberlo merecido", agregó.

Dicho esto, fue cuando culpó al actual secretario general de los socialistas de ser "parte destacada" del "calvario" por el que pasa España con la crisis y cuando le reclamó que se calle o que reconozca el mérito de los demás. De esta forma, el líder del PP ponía el foco de las críticas populares en el PSOE, un gesto que tiene su importancia cuando hay dirigentes del ala derecha de su propia organización que le están cuestionando a él, a su equipo y a sus estrategias políticas en cuestiones como la lucha antiterrorista o la respuesta ante el desafío soberanista de Cataluña.

Cataluña y los impuestos

No perdió ocasión Rajoy de cumplir con otros objetivos que la dirección popular se había puesto en esta convención: tratar de apuntalar a las presidentas de los PP catalán y vasco, Alicia Sánchez Camacho y Arantza Quiroga. A ambas elogió, a ambas dijo que no están solas y que tienen al partido detrás. Ambas agradecieron el gesto y ambas se levantaron ante el auditorio para recibir aplausos. Otro gesto para que tomen nota los que critican a esta dirigentes desde sus propias formaciones.

Se refirió asimismo a la oposición de su partido en lo que atañe a ETA e insistió en que él no se ha movido de donde estaba, puesto que espera a la disolución definitva de la banda sin condiciones por ser la única salida que tienen los terroristas. En cuanto a Cataluña, repitió en esencia lo que ya dijo hace una semana en Barcelona agregando que no permitirá que Cataluña regrese a "la Edad Media" cuando el sino de los tiempos es ir hacia la integración sin fronteras en la Unión Europea.

Y tal y como él mismo había anunciado ayer creando expectativas, Rajoy habló de impuestos y de su reforma fiscal que se aprobará en breve pero que no entrará en vigor hasta el 2015 y, además, lo hará a plazos, no de una vez. Sí, habló, pero para insistir en lo que viene diciendo en las útlimas semanas: que será integral, que buscará la equidad, que cumplirá con lo comprometido en el programa electoral y que afectará a la financiación autonómica. Pero sin detalles.