Todos en el partido le miraron cuando Mariano Rajoy dio el paso atrás. Alberto Núñez Feijóo estaba llamado a asumir las riendas del PP tras la moción de censura, pero no quiso. Fuera porque se temía competencia (Soraya Sáenz de Santamaría, María Dolores de Cospedal, Pablo Casado...) o porque no quiso romper el compromiso con los gallegos, que es el argumento que esgrimió aquella tarde del 18 de junio del 2018, el caso es que siguió en la Xunta y en ella quiere continuar con mayoría absoluta a partir de las elecciones del 5 de abril.

Pero Feijóo sigue siendo para muchos dirigentes del partido un líder de futuro... del PP nacional. Y por eso le escuchan con atención, entre líneas, lo que dice y lo que no dice. Y esta mañana de martes, menos de 48 horas después de que Casado fulminara a Alfonso Alonso como candidato a lendakari, ha estado en Madrid en uno de esos desayunos informativos en los que se pasa lista. Estaban todos los miembros de la cúpula actual y muchos diputados que, en privado, admiten que es un referente del "PP de siempre", no de este que se deja influir por Vox. También embajadores, empresarios, directores de comunicación de las empresas del Ibex y hasta una experta en coaching "de presentadores de televisión" que le alaba por la "credibilidad que transmite".

El líder de la Xunta ha dejado varios consejos en Madrid. Con la excusa de que el "PP de Galicia" lleva lustros de grandes éxitos electorales, ha explicado su manera de hacer política. Casado estaba en primera fila. Tres ideas fuerza: hay que salir de la política de bloques (el PP ha pactado con Vox y Cs en varias comunidades y algunos dirigentes populares hablan del Gobierno central como del "enemigo"), no quedarse fuera de los pactos de Estado (están pendientes de renovarse la financiación autonómica, el modelo de pensiones, el Consejo General del Poder Judicial y otros muchos órganos constitucionales y Casado no está por la labor) y defender la "moderación". "Es la moderación, es el entendimiento, es el encuentro", ha destacado como valores en alza que deberían tener todos los partidos. "Lamentablemente no es el presente, pero estoy seguro de que será el futuro porque por este camino no se puede seguir mucho tiempo salvo que los políticos de hoy ya no queramos a nuestro país", ha subrayado.

Según Feijóo, el PP no puede ser un partido de "clausura", de trinchera, sino "un lugar de encuentro". "El PP de España nunca lo ha sido y de ahí que manifieste mi orgullo por pertenecer a él", ha dicho. Alonso decía estos meses atrás que Casado estaba haciendo un PP "chiquitito" por su discurso derechizador. "En ese camino de moderación, de entendimiento y de encuentro siempre me encontrarán. Contra el extremismo, la confrontación y el lío permanente siempre, siempre, siempre me rebelaré", ha concluido.

Ya lo hizo tras la caída de 66 escaños de las elecciones general de abril, después de que Casado extremara su discurso y llegara a abrir a Vox las puertas de la Moncloa. El último día de campaña llegó a decir que no tendría problemas de tener ministros del partido de ultraderecha.

Vox no tiene ningún escaño en el Parlamento gallego y Feijóo espera que siga así. El jefe de la Xunta es de los pocos que ha llamado, en numerosas ocasiones, a Vox como partido de "ultraderecha".

Tras la conferencia, Casado ha querido hablar con Feijóo a solas. Han estado reunidos 35 minutos en una sala adyacente. Sus asesoras esperaban fuera. La hora se les echaba encima. Han entrado en varias ocasiones para recordarles a ambos las citas pendientes, pero han sido invitadas a volver a salir.