El responsable del hotel Travé de Figueres ha admitido este miércoles en el juicio del 'procés' que recibió numerosas llamadas amenazantes durante el periodo que estuvieron alojados en su local un centenar policías nacionales trasladados en septiembre del 2017 a Catalunya como motivo del 1-O. "Hubo numerosas llamadas, hasta el punto de que hubo que desconectar el teléfono. Eran para hacer presión para que se fueran, con insultos, amenazas y anunciando que nos iban a hacer boicot". Ha recordado que hubieron dos manifestaciones "no muy numerosas" en la puerta del establecimiento, pero que fueron "pacíficas".

El director del hotel Gaudí de Reus ha explicado, por su parte, que en su local se alojaron durante cinco días un grupo de 110 policías nacionales y que en la puerta se produjeron concentraciones y que, por la noche, vio gente que hacía fotos. Ha negado, en cambio, que recibiera presiones para que los agentes abandonaran el establecimiento. "Se les acabó la reserva y se fueron", ha concretado.

EL ATRAQUE DEL BUQUE

El capitán de la Marina mercante y práctico del puerto de Palamós, Pedro Bull, ha afirmado que no había ningún inconveniente para que el barco 'Moby Dada', conocido como El Piolín, donde se iban alojaron policías nacionales, fondeara en sus instalaciones, en contra de los declarado por el exconseller Josep Rull, que afirmó que no era recomendable que el buque amarrara allí y comprometía la operativa del puerto. La embarcación, al final y ante la falta de autorización administrativa, recaló en el puerto de Barcelona. "No había ningún impedimento para que el buque atracara en Palamós", pues habían dos muelles "totalmente desocupados", ha detallado. "Era viable que se alojara en las instalaciones", ha insistido.

Bull remitió una carta al juez instructor Pablo Llarena por su indignacion al leer una entrevista, precisamente, de Rull en la que, a su entender, implicaba a un funcionario en la negativa a que el barco atracara en Palamós. Sin embargo, a preguntas de la defensa del exconseller, ha indicado que las declaraciones de Rull eran "correctas".